jueves, 10 de diciembre de 2009

Obtención del sufragio femenino en Cuba : ¿el fin de la lucha feminista?

Resumen
Uno de los momentos más importantes para las mujeres cubanas en el périodo Repúblicano fue la obtención del sufragio femenino, el cual fue manipulado de forma grotesca , en le período de gobierno del dictador Gerardo Machado(1925-1933).

El apoyo a Machado. ¿Una estrategia de las sufragistas?
Con la llegada al Palacio Presidencial del quinto mandatario repúblicano, Gerardo Machado, se abría una esperanza para las sufragistas en cuanto a la obtención del voto femenino de forma inmediata, dada la simpatía mostrada por aquél en este sentido y públicamente, en la inauguración del Segundo Congreso Nacional de Mujeres. Esta adhesión le permitió tenerlas de aliadas de manera especial, al ver abierta estas la posibilidad de obtener su reivindicación fundamental.
Tal empatía fue liderada por una organización de nuevo tipo para la mujer cubana, que se vinculaba directamente con la política oficial; el Partido Democrático Sufragista el que desde su acta de constitución señaló la devoción de sus miembras que,”.. con la iniciativa de la Señorita María Collado, de acuerdo con el General Gerardo Machado...", pretendía una doble finalidad: la de apoyar al Partido Liberal y la de "obtener el derecho electoral para la mujer". De esta manera el Partido Demócrata Sufragista se convertiría en la organización femenina de los liberales-machadistas apoyando todas sus actividades y "...prestando su cooperación efectiva y eficaz a la Agrupación Incondicionales al General Machado".
Esta incondicionalidad al Presidente del Gobierno por parte de las demócratas sufragistas fue secundada por otras organizaciones que igualmente pedían el voto como primera demanda. Estos fueron los casos del Partido Nacional Feminista (P.N.S), la más antigua de las organizaciones sufragistas en Cuba, y otras de más reciente conformación como la Liga Patriótica Sufragista y el Circulo Sufragista Independiente.
La mayoría de las integrantes de estas organizaciones pertenecían a sectores de la pequeña y media burguesía urbana que laboraban, en algunos casos, como maestras o empleadas públicas. Su reclamo del voto no contenía un discurso que fuera más allá de la urna y su participación en actividades públicas estaban dirigidas a resaltar sus roles maternales, maritales y domésticos.
La prensa cubana de forma general, abrió espacios para el debate de las sufragistas y las feministas, entre las que pronto comenzaron a aparecer divergencias en el apoyo a las gestiones gubernamentales. Una carta de María Collado publicada en varios periódicos mostraría su desacuerdo ante la hostilidad de grupos feministas y estudiantiles:
Esas mujeres, olvidan que ha sido el actual Presidente de la República, General Gerardo Machado y Morales el único de los jefes de nuestros sucesivos gobiernos que ha prestado atención a los derechos de la mujer en distintos aspectos, y olvidan también que, en ningún momento, las clases estudiantiles han hecho causa común con nosotras para reclamar las libertades de que carecemos.
Un medio de prensa particular con el que contaron las agrupaciones de reclamo al voto fue El Sufragista, de restringida circulación entre sus integrantes y dirigido por la presidenta del P.N.S. Amalia Mallén de Oztolaza, quien lo financiaba con sus reembolsos personales, teniendo una frecuencia de publicación mensual. La mayoría de los artículos escritos en este tabloide eran de poco vuelo literario y de escaso análisis político, pues sólo se pretendía con los mismos ganar adeptas.
La Convención Constituyente de 1928.
El mes de mayo de 1928 pareció ser la fecha clave para la decisión del sufragio femenino. Un nuevo proyecto de reforma constitucional sería debatido en las sesiones de la Convención Constituyente. La insistencia en este problema por parte de algunos legisladores cubanos había creado todo un precedente histórico, con los anteriores proyectos entre otros, los del Doctor Ricardo Dolz de 1913 y 1917, los cuales habían llamado la atención por su diafanidad en el asunto:
"No se conciben las revoluciones redentoras ni el establecimiento de una joven república en América, sin que tenga por corolario la concesión del voto a la mujer".
También el 20 de mayo de 1921 el entonces recién electo Presidente Alfredo Zayas, había recomendado en aquel momento algunas reformas a la Constitución que incluían entre ellas el sufragio femenino. El Senado nombró al efecto una comisión especial presidida por Cosme de la Torriente, por cuyas gestiones se sugería una importante enmienda del Artículo 38 que proponía "Todos los cubanos, los varones cuando sean mayores de 21 años y las mujeres en los casos y con la extensión que determinen las leyes, tienen derecho de sufragio".
El 28 de junio de 1921, al pronunciar Cosme de la Torriente su discurso proponiendo la enmienda, las tribunas del Senado se habían abarrotado de mujeres, pero no obstante esta euforia y el apoyo de prestigiosas figuras políticas como Juan Gualberto Gómez, Antonio Bravo y Correoso y Ricardo Dolz, la votación no alcanzó la tercera parte del número total de 24, aunque tuvo 11 votos a favor y 9 en contra.
Aquellos primeros intentos de 1921 habían influido de forma directa en el proyecto que se presentaría el 10 de mayo de 1928 en la sesión décima ordinaria de la Convención Constituyente que funcionaba desde el 14 de abril del mismo año. La Cámara parecía estar dividida de forma regional y no por partidos. Los defensores del voto de la mujer respondían al Partido Liberal en La Habana, mientras que los mas recitentes opositores eran liberales y conservadores orientales.
Los pronunciamientos del conservador oriental Manuel Camps eran un canto al genocidio, pues para él "los hombres deben seguir matando a las mujeres adúlteras porque tienen honor".Otra intervención, la del liberal oriental Luis Felipe Zalazar estaba dirigida a subestimar la inteligencia definiendo que "una razón para negar el voto es la incapacidad intelectual", a lo que añadía que la cubana no quiere el voto para ir a un colegio electoral acompañada de la viciosa y la prostituta, porque esto la convertiría en "una mujer de solar". Sus ataques también pretendían intimidar a las mujeres de mediana y superior cultura quienes en su opinión se dejarían influenciar por el sacerdote confesionario, el cual convertiría ese voto en arma poderosa contra la nacionalidad.
Entre risas, chistes y aplausos se llevaría la enmienda de Porfirio Andreú a votación, la cual quedó rechazada por 41 a 8, dando paso a una segunda propuesta del delegado liberal habanero Matías Duque que señaló sentirse derrotado de antemano, pero convencido del criterio que llevaba a favor del sufragio femenino, considerándolo factible en un país donde "... hombres locos (...) usan del derecho al voto". Los vaticinios de Duque se cumplieron y su moción fue rechazada por 40 a 4, dando paso a las declaraciones de otros delegados.

Pese a este resultado adverso que volvía a dejar el sufragio en manos de representantes y senadores, la opinión de un habilidoso político el representante Francisco Carrillo comenzaba a despejar los verdaderos móviles de la negación:
"Muchos diputados, no olvidan que al concederle el voto a la mujer crean mecánicamente un enemigo capaz por su inteligencia, por su actividad y por su predicamento entre las filas de su sexo, de perjudicarnos, de sustituirnos en la postulación y en la elección de los que logren ser nominados".

Otra vez Machado

El dilema del sufragio dará un giro vertiginoso cuando el 20 de mayo de 1929 se inicia el nuevo período presidencial de Machado, ahora por seis años, donde se agudizarán las diferencias entre sus partidarios y la oposición política interna, coincidiendo con una crisis económica mundial que afectará al país de forma devastadora.
En esta coyuntura, la unidad en algunas de las asociaciones feministas se comienza a quebrar ante el cansancio de muchas de ellas que veían como los políticos galanteaban con el voto a la mujer, teniendo declaraciones como la aparecida en el Diario de la Marina el 17 de julio de 1931:
"La mayor parte de los representantes, aunque otra cosa se crea, somos enemigos del sufragio femenino, somos políticos, profesionales de la política, y el voto a la mujer en estos tiempos de oposiciones sería un arma terrible contra nosotros. Nos barrería sin remedio”

La respuesta de las feministas tenían variados matices. Uno, el de las sufragistas, seguía siendo la incondicionalidad al Presidente Machado; el otro, colocado en una radical posición política, sería asumido por la Unión Laborista de Mujeres, cuyas socias tras oponerse a la dictadura renunciarían también al voto femenino:
Saben ya nuestros profesionales de la política del desprecio profundo que nos inspira su grosero comerciar con los intereses y el destino de todo un pueblo. Y saben de la amplitud de nuestro horizonte mental. De nuestra inconformidad con viejos moldes políticos, sociales y económicos. Que el día que los derechos ciudadanos sean para nosotras una realidad, en la Constitución, definitivamente desaparecerán acomodamientos y conveniencias bochornosas (...) Unión Laborista de Mujeres ha renunciado al derecho de sufragio que pretendiera conceder un Congreso ilegítimo. No puede verse, por tanto en sus palabra, resentimiento alguno.
El gobierno de Machado presionado ante los ataques de estas agrupaciones, realiza sus últimas maniobras por el sufragio en 1931. Primeramente designó a Eulalia Miranda como Comisionada del Distrito Central de La Habana, quien propuso el 24 de febrero la legislación del sufragio municipal para las habaneras, que suscitó de inmediato la repulsa de las asociaciones sufragistas y feministas coincidentes en lo restrictivo y discriminatorio de la medida.
La segunda maniobra constituyó un paso de mucho mayor alcance, se trata del otorgamiento del sufragio sin limitación por Ley Congresional en el mes de Julio, lo cual tampoco fue recibido con beneplácito, por muchas de las feministas que ya se encontraban en los diferentes frentes de oposición al gobierno de Machado. Sólo un reducido grupo de mujeres con María Collado como centro, se reunieron para festejar esta acción, que excluiría de hecho a miles de mujeres exiladas, presas o en la oposición. Este voto otorgado por una dictadura si las convirtió definitivamente en ciudadanas, aunque el país vivía un momento político con escasos matices de democracia.

Obtencion del sufragio femenino
La incontrolable oposición a la dictadura, la grave crisis económica, y la mediación norteamericana, llevaron al general Gerardo Machado a dejar el gobierno el 12 de agosto de 1933, después de un enfrentamiento que condujo al país a una caótica situación de inestabilidad política que no pudo ser frenada en sus primeros tiempos.
El gobierno instalado por la mediación fue el de Carlos Manuel de Céspedes, hijo del Padre de la Patria, derrocado el 4 de septiembre de 1933 por el denominado "movimiento de sargentos" a la cabeza del cual estaba un futuro dictador: Fulgencio Batista.
El 5 de septiembre asume el poder una Pentarquía, de existencia efímera, la cual designa al Dr. Ramón Grau San Martín como presidente provisional.
El gobierno de Grau tomó rápidas y significativas medidas de carácter nacionalista y antimperialista apoyado por el hombre de posiciones más radicales dentro del gobierno, Antonio Guiteras, Secretario de Gobernación durante el llamado "Gobierno de los Cien Días".
Fue Guiteras quien designó por primera vez en la República a dos mujeres para cargos de Alcaldesas: Elena Azcuy, en Guines, y Caridad Delgadillo en Jaruco. El 10 de enero de 1934 de forma sorpresiva, poco antes de la renuncia a la presidencia Grau, por un Decreto Ley otorgó a las mujeres el sufragio femenino sin restricciones.
El apoyo a los diferentes partidos tradicionales por parte de las mujeres se haría palpable durante las elecciones del 10 de enero de 1936, donde se elegirían por última vez en Cuba los cargos presidenciales y los correspondientes al Senado por sufragio indirecto a través de compromisarios. Este cambio promovería un voto preferencial para la designación de 36 senadores y 162 representantes.
Las elecciones presidenciales de 1936 fueron ganadas por la Coalición Tripartita, integrada por los partidos Unión Nacionalista, Liberal y Acción Republicana que tenían como candidato a Miguel Mariano Gómez. Dichas elecciones fueron las primeras donde las cubanas participaban en su doble condición de electoras y elegibles, ocupando las plazas de seis representantes y una consejala, con lo que rompían el esquema de participación tradicional política aunque es justo señalar que efímeramente ya había sido roto por las alcaldesas designadas por Antonio Guiteras.

Los 198 años de la prensa femenina en Cuba

Por Julio César González Pagés.

En 1811 con la salida del El Correo de las Damas la prensa destinada a mujeres, en Cuba, tiene un espacio que fue ganando en protagonismo en la medida que los objetivos alrededor de ellas fueron cambiando. Preceptos morales, sexuales y de todo tipo eran resaltados por estas publicaciones que no escapaban de la visión patriarcal de la sociedad cubana decimonica donde los roles maternales, maritales y de familia la ponían en una eterna minoría de edad.

El surgimiento de una abundante prensa femenina en la Isla en el siglo XIX ya sea en la prensa monárquica e independista estuvo destinada a resaltar los valores familiares para las mujeres, teniendo en el genero poético y en las ideas sobre la naturaleza, fertilidad y floración sus puntos centrales.

Publicaciones como La moda o Recreo Semanal del Bello Sexo (1829); Ramillete Habanero (1854); La Noche (1864); El Céfiro (1866); Las Hijas de Eva (1874); El Recreo de las Damas (1876); o La Familia (1884) fueron solo algunos de los espacios creados por mujeres y hombres para hablar de estos temas.

Escritoras como Gertrudis Gómez de Avellaneda y su Álbum Cubano de lo Bueno y de lo Bello (1860) rompieron con los arquetipos creados para las cubanas en la Colonia donde el romanticismo y sus modelos de belleza etérea predominaron.

El 24 de febrero de 1895 con el número del El Fígaro dedicado a mujeres cubanas relacionadas con la educación y la cultura, y el impactante editorial de Aurelia Castillo titulado “Esperemos” se creaba un nuevo tipo de opinión que relacionaba a las mujeres cubanas al feminismo. Partiendo de esta fecha como referencia las publicaciones con artículos dedicados a este tema empiezan a ser comunes y así surgen en el periodo de 1902- 1940: El Feminista Cubano, El Sufragista, Emancipada, Femenina, Feminista, La Mujer, La Mujer Moderna, La Sufragista, Lyceum entre otras.

Una vez obtenido de forma legal algunos de los sueños de las feministas en la Constitución de 1940 como lo son el sufragio, el divorcio y mejoras laborales el debate sobre la temática femenina se involucra hacia temas relacionados con la II Guerra Mundial y la idea expandida de “una vuelta a las casas para las mujeres”. Aquí la prensa jugo un papel fundamental cuando comenzó a venderse un modo de vida americana donde el “ama de casa “se glorifica y Revistas como Vanidades, Romances y Selecciones ,ayudaron a pensar que el consumo y el cuidado del hogar era la misión fundamental de las mujeres.

En 1959 se funden viejas revistas y nuevos proyectos con nombres como Ellas en Romances. Otras ya son emblemáticas de los nuevos tiempos como Mujeres y la mas nueva Muchachas que han dado espacios a un tipo de cubanas que regularmente no se conocía en los medios de comunicación como son las macheteras, cafetaleras, militares, deportistas, y obreras.

¿MODERNAS O TRANSGRESORAS? LAS MUJERES CUBANAS EN LOS ESPACIOS PÚBLICOS 1895- 1902

Por Julio César González Pagés


Resumen:

Uno de los aspectos más interesantes que trajo el enfoque de género en los estudios de historia de mujeres fue el cuestionamiento hacia los espacios donde se desarrolló la vida de la población femenina.

Definir los ámbitos privados y públicos ha permitido sistematizar la doble dimensión de ambos en un contexto donde se pone énfasis en las relaciones sociales determinantes en la construcción de los géneros femenino y masculino.

El espacio público cubano recibe severas transformaciones con el fin de la querra de independencia y el inicio de la intervención norteamericana, el presente trabajo aborda estos aspectos desde un tema poco común el del ciclismo femenino.


Tintina una mujer gallega monta una bicicleta en la Habana.


La gallega Antonia Martínez, más conocida por Titina, probablemente haya sido la primera en hacer uso de una bicicleta en esta Isla. El suceso como tal narrado por la misma protagonista a la líder sufragista María Collado, fue descrito de la siguiente forma:

"Todos quedaron sorprendidos al ver una mujer usando una bicicleta en La Habana en la temprana fecha del 12 de noviembre de 1894, esta acción me convertía en la precursora de algo que causó un gran malestar sobre todo en los hombres, pero no pudo ser detenido". (1)

La acción de Titina al irrumpir en un espacio público, le ganó burlas y agresiones y hasta una canción que le vaticinaba un accidente, la cual ha sido cantada por más de cien años

El texto de esta canción ha variado según las épocas y regiones del país con un texto que advierte un límite para las mujeres: “Titina, Titina montando bicicleta al doblar la esquina se le poncho una teta”. (2)

La advertencia de que los senos de las mujeres pueden ser como los neumáticos de la bicicleta, no existe de igual forma para los hombres. Esto se traduce en un claro llamado para no dejar que las mujeres montaran bicicleta de forma abierta como los hombres sin límites y restricciones

La entrada de mujeres en ciclo al espacio público fue asociada a una serie de acontecimientos que comenzaban a involucrar a la población femenina en cuestiones no diseñadas por el androcentrismo social. El 29 de diciembre de 1894 apareció en "La Carta del Sábado" una advertencia ante tanto libertinaje:

“Empecemos por afirmar que para nosotros desaparece la mujer si la encontramos comentando las instituciones de Justiniano o haciendo la disección de un cadáver. Esa no es su verdadera misión en la tierra su misión esta dentro del hogar doméstico, y para el hogar, en el cual ha de ser el ángel custodio de todas las felicidades, debe ser educada...No podéis creer ilustre señorita, que la emancipación de la mujer exija que sepa manejar el florete, que domine la bicicleta, que expuesta a las intemperancias y a las groserías arriesgue su tranquilidad y su pudor en la mesa de un café o vocifere en un club. Esa no sería una mujer, sería un fenómeno”. (3)

Con textos como estos se advierte una declaración beligerante contra las mujeres-fenómenos que rompieron paradigmas de convivencia social. Esto no fue escuchado por un grupo de cubanas pragmáticas que hicieron proclamas y actos de toda índole que iban desde el estudio en universidades, formaciones de asociaciones "semi-ilícitas", hasta la incorporación a la subversiva corriente feminista (4)

Cambiando el espacio de la política: ¿patriarcal, maternal o infernal?

La participación de mujeres cubanas dentro de las filas independentista no trajo el cambio esperado por ellas dentro de las concepciones patriarcales de los lideres patriotas .De igual modo el diseño de la política colonial excluía una participación de las mujeres en las actividades de las organizaciones que influían en la determinación de normas y leyes (5)

La última etapa de la querra permitió el asociacionismo político con la formación de clubes femeninos independentistas pertenecientes al Partido Revolucionario Cubano de José Martí. Aunque la mayoría de estos clubes siguió patrones conservadores por parte de sus lideres de ambos sexos, sobresalieron algunas integrantes que no quisieron seguir siendo evaluadas como "flores o niñas", arquetipo frecuentemente utilizado para calificarlas, como fue el caso de Quirina Martínez, perteneciente al Club "Mercedes Varona" de Nueva York, quien también montó bicicleta, además de cortarse el pelo y fumar cigarrillos en público y como Edelmira Guerra quien quiso que se cambiara la capital de La Habana para Cienfuegos(6).

Tanto delirio de renovación preocupó a los emigrados revolucionarios quienes se encargaron de escribir en el periódico independentista Patria un llamado de alerta que vaticinaba que tanta novedad de ideas sobre la mujer, podía resquebrajar la moral religiosa, sobre todo si estas iban en ciclo:

"Ya se ha dicho que la bicicleta ocasiona tales degeneraciones que los aficionados a ese sport, poco a poco van acercándose al mono de Darwing y de Littre. No es menor la decadencia que produce a las mujeres, y he aquí lo que les predice un sabio inglés: la mirada se vuelve fija, los labios se deprimen, las manos se agrandan y enrojecen, los brazos se tornan musculosos y pierden sus curvas encantadoras, por último, los pies se abullan y se hacen deformes. Con tantos inconvenientes ¿Habrá aún muchachas que sueñen con las bicicletas? (7).

La posibilidad de replica con posiciones feminista ,condicionadas por las formas de expresión cultural y política subalternas de las mujeres cubanas ,en el contexto colonial fue llevado principalmente por escritoras e intelectuales capaces de convocar a un numero completo del influyente periódico El Fígaro del 24 de febrero de 1895, el editorial resumía el espíritu de sus autoras de esperar el momento propicio de derrumbar: “la muralla donde las leyes tiraron una línea entre el hombre y la mujer ,y sobre esa línea alzaron las costumbres... ” (8)

La escritora Aurelia Castillo, autora del mencionado editorial, argumenta en su texto que la división de la sociedad en espacios donde la mujer no participa y en las que solo el querrero hombre tiene participación “quien no paga su contribución de sangre, no puede tener voz ni voto en los destinos de la nación” (9)


Las new woman no son pretty

La ya legendaria canción “Pretty woman” del músico ingles Roy Orbison comteporaniza un viejo dilema sobre los paradigmas a seguir por una mujer que pretenda asumir el calificativo de bonita

El asumir las costumbres del modelo feminista norteamericano también tenia la nueva de asumir los estereotipos de belleza femenina, que se anteponían a la belleza criolla donde la mujer era aceptada como un “objeto de lujo y ostentación” (10)

Las criticas a los nuevos arquetipos norteños estaba muchas veces ligados con criticas nacionalista, lo que muchas hacia imposible deslindar los comentarios de carácter androcentristas,un ejemplo de ello es el comentario del columnista Luis Carbo titulado “Latas Pedagologicas”,donde se habla de la situación de inseguridad de los maestros cubanos ante el nuevo sistema de educación yanqui ,al final de su critica añade haciendo alusión a un maestro cubano ”¿Y si se enfada ?,que deje el puesto ,que vendrán a ocuparlo profesoras yanquis ,marimachos(new women) que americanizaran el país ,preparándolo suavemente para la anexión...” (11)

Los sueños en ruedas también estuvieron presentes pese a todas las críticas y lograron imponer una moda fomentada a partir de 1898 con la intervención norteamericana donde el estilo e imagen de la mujer yanqui fue utilizada como antimodelo femenino. La prensa habanera fue implacable con las new-women norteñas y uno de sus más importantes rotativos El Fígaro, de forma peyorativa, aseveraba: “... ¿Qué como se traduce libremente en idioma castellano el término de new-woman...? La traducción exacta en mi sentir es esta MARIMACHO" (12)

Algunas mujeres, sobre todo en La Habana, no hicieron caso al desenfreno conservador y practicaron sus ejercicios que en más de una ocasión causaban molestias y accidentes. Por este motivo se aprobó el 26 de enero de 1900 un decreto de la Alcaldía Municipal, autorizando a "señoras y señoritas a que transiten en bicicleta en la Avenida de Paula" (13)

No todo fue critica hacia el ciclismo, también hubo quien semióticamente lo interpretó como un rasgo de la modernidad, al añadir que "...con los automóviles y las bicicletas que lo cruzan, no parece que la Habana perteneciera por espacio de cuatrocientos años a la caduca España" (14)

La modernidad del nuevo siglo debía incluir que se borraran los arquetipos diseñados por la colonia española donde el ejercicio femenino no era muy bien asimilado. La irrupción significativa en 1900 de mujeres a los espacios públicos de la ciudad fue tomado como algo muy novedoso y seductor, pero la inmensa mayoría de la prensa se oponía a que fuera en bicicleta.

Otro artículo del rotativo El Fígaro del 1 de julio de 1900 clamaba porque las mujeres habaneras fueran a pie "prefiriéndolo a todas las comodidades" (15) o excentricidades de manera que al ir caminando por las calles de Obispo, San Rafael o El Prado el flirteo, que vivía momentos de gran apogeo, permitiría "el encuentro de dos miradas, en el choque de dos sonrisas" (16), en la que las habaneras encontrarían su galán.

Las reminiscencias para nuevos paradigmas de la mujer cubana, encontraron fuerte oposición en la inmensa población masculina y parte de la femenina que si bien admiraban algunos síntomas de prosperidad y modernidad con la cruzada norteamericana, no admitían otros valores que atentaran contra el poder hegemónico masculino.


Citas y notas

1-La carta de Antonia Martínez fue escrita en La Habana el 15 de noviembre de 1908 a María Collado.
Ver Archivo Nacional de Cuba (ANC), Fondo Donativos y Remisiones, Fuera de Caja No.68.

2-La que comentamos en este artículo es la que el autor ha oído desde su niñez, pero según se ha podido comprobar con otras personas que fueran encuestada para el trabajo como Ofelia Machado, mujer cubana de la generación nacida en los años cuarenta, este canto ha tenido algunas transformaciones.

3-Este artículo puede verse en “La Carta del Sábado" La Habana 29 de diciembre de 1894 en A.N.C, Fondo Donativos y Remisiones, Caja 428, Exp.3-a.

4-En la década del 90 en Cuba, se comenzó a nuclear alrededor de algunas intelectuales como Aurelia Castillo y María Luisa Dolz un grupo de mujeres iniciadoras del feminismo social.
Ver: González, Julio Cesar "Historia de la mujer en Cuba: del feminismo liberal a la acción política femenina" en Boletín del Archivo Nacional de Cuba, La Habana, Editora Política, 1998, pp.3-15.

5-En conversaciones con la socióloga Judith Astelarra de la Universidad Autónoma de Barcelona hemos podido debatir sobre algunos de estos aspectos. Ver: Astelarra, Judith. Participación Política del las mujeres, Madrid, Siglo Veintiuno, 1990.


6.- Esta proclama tenía otra serie de reivindicaciones que incluía el divorcio y el sufragio.
Véase "Club Esperanza del Valle" en ANC: Fondo Donativos y Remisiones Caja 279, exp.15.

7.-El periódico Patria pese a haber pertenecido a un partido democrático y renovador, no tuvo una posición de avanzada en la temática de la emancipación femenina.
Ver Patria, Nueva York, 8 de octubre de 1897.

8-Ver Castillo, Aurelia “Esperemos “en El Fígaro, La Habana, 24 de febrero de 1895 p.66

9- ídem

10-idem

11- Ver Carbo, Luis “Latas Pedagologicas” en El Fígaro, La Habana, 21 de enero de 1900

12- Este artículo fue escrito por Luis Carbó para una sesión del periódico denominado Intermezzo Cómico.
Ver El Fígaro, La Habana, 25 de junio de 1899.

13-Este decreto no fue el único que acordaría la Alcaldía Municipal para limitar el espacio público de las ciclistas.

Ver en A.N.C. La Gaceta, La Habana, 7 y 27 de junio de 1899 y 26 y 28 de enero de 1900.

14-Galvez, Wen. "Fe de vida" en El Fígaro, La Habana, 1 de julio de 1900.

15-"Las habaneras a pie" en El Fígaro, La Habana, 1 de julio de 1900.

16-Idem.