viernes, 26 de julio de 2013

Catherine Murphy: «El mundo necesita una alfabetización del alma



 
 En la foto Rochy, Julio César González Pagés y Catherine Murphy durante la Gira 2013 en la ciudad de Camaguey

Por Ricardo R. González

La cineasta y documentalista norteamericana Catherine Murphy resulta un ser sorprendente. Cautiva por su inteligencia, extraordinario dominio del español, y por ese don que la convierte en una amiga de siempre. Cualquiera diría que es una cubana más a su paso por la Rampa habanera o por otro sitio del país, sin sentirse que lleva un pasaporte extranjero.

Una artista de bondades que se apropia del proceso de creatividad atado a las realidades del universo, de este globo terráqueo que gira y gira, y muestra en su rumbo policromías y desgarros.

Un día conoció la existencia del proyecto Tod@s Contracorriente que lideran en Cuba la cantante Rochy Ameneiro, y el doctor Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, y decidió acercarse a este universo que aboga por el bienestar humano en el afán de entregarle a la vida buena dosis de dignidad.

Confiesa que su inserción le ha propiciado enormes satisfacciones, a tal punto que suman años colaborando en esta alianza, pues para ella Rochy «es una cantante de mucha alma. y Julio César un escritor, historiador e intelectual de quilates dispuestos a defender una cultura de paz que gana en fuerza».

Hace poco tiempo Murphy regresó a Cuba, y no trajo sus manos vacías. Quiso participar en la segunda gira de este proyecto dedicada a la defensa de la diversidad cultural. Su documental Maestra —estrenado en 2011 en el cine capitalino de 23 y 12 como parte de las actividades por el aniversario 50 de la Campaña de Alfabetización— impactó a muchos por la manera de abordar el acontecimiento a base de sagacidad y buen gusto.

— ¿Cómo surge la idea si se tiene en cuenta que no fue partícipe de esta experiencia cubana?

— Nada de fortuito. La historia me fascinó y condujo a una inspiración total a partir de las vivencias de un grupo de mujeres cubanas que tuve la oportunidad de conocer. Fui siguiendo las vidas de estas nueve mujeres y de muchas más porque eran parte de la propia historia y cada una encierra un caudal de pasajes, emociones, riquezas, y enseñanzas dignas de compartir.

— Siempre un producto artístico lleva a valoraciones que pueden resultar coincidentes o divergentes desde la óptica del realizador…

— Confieso que veía la historia de otra forma y por eso fluyó la invitación de Rochy y Julio César. Sin pensarlo dos veces me sumé a la campaña Únete junto a la popular intérprete Julieta Venegas debido a la responsabilidad que asume el arte para contribuir a esa cultura necesitada por el mundo.
«Esta unión adquirió una dimensión mayor, y cuando Rochy y Julio César  vieron mi documental le dieron una importancia que realmente yo no la vi desde el punto de vista de visibilizar a la mujer dentro de la historia cubana».

—¿Pudiera hablarse de una lectura de género en su obra?

— Sin dudas, todos los participantes en las labores de alfabetización fueron profundamente transformados como seres humanos. Hombres y mujeres a quienes les cambió la vida. Pidiéramos decir que para la gran mayoría constituyó un antes de y después de… Incluso para los varones fue también transformador».

— Y entre tantas historias que retomó ¿cuáles resultaron las diferencias sorprendentes?

— Hubo algo que me llamó la atención. Cuando los varones fueron a contarle a sus padres que deseaban incorporarse a la Campaña de Alfabetización casi siempre apoyaron la idea. Incluso dado el marcado carácter machista de la sociedad decían: «Ve y hazte hombre».
«Era como el bautizo, una prueba de fuego. Sin embargo, en el caso de las muchachas diría que algunas familias aprobaron la participación pero sin dejar de reflejar dudas y preocupaciones, en otras primó las reticencias, y muchos hogares negaron la participación porque no eran tareas para señoritas dedicadas al hogar.

— Si tuviera que ofrecer su valoración ante tantas disyuntivas ¿cómo lo definiría Catherine Murphy?

Una victoria ante los cánones de la época. Es admirable que en tiempos de patrones de conductas tan aferrados muchas lograron convencer a la familia, y establecieron un nivel de autonomía que nunca antes había sido permitido para la mujer cubana.
«Cincuenta mil muchachas cambiaron su visión del mundo a partir de ese momento. Apreciaron a su país, a su sociedad, de una manera distinta, y se sintieron dueñas de sus propios actos.
«Hubo incomprensiones, pero no miraron hacia atrás. Su vida comenzó en ese momento y se enamoraron del empeño de ser útiles, de tratar de cambiar el mundo».

— El documental Maestra destaca la vida de nueve alfabetizadoras, pero ¿solamente mujeres?

— Cualquiera pensaría que es una visión unilateral, que trata de inclinar la balanza hacia el lado de las féminas y no es así. Esto deviene una primera parte con testimonios impactantes, de esos que marcan en otras vidas y enseñan. Incluso algunas de ellas ya no están, pero habrá continuidad con los hombres y existe la idea de trabajar con ellos.

— Se pueden adelantar nombres?

— Hay testimonios muy lindos de Silvio Rodríguez que alfabetizó cuando apenas tenía 14 años allá por parajes de la Ciénaga de Zapata,
«Enrique Pineda Barnet  cuenta vivencias excepcionales al ser, ante todo, maestro voluntario. Daniel Diez, que después fundó la Televisión Serrana, ha declarado que de alguna manera este canal fue inspirado por aquellas experiencias, el pintor José Fuster dice que ha llevado toda la vida pintando aquellos mundos que conoció entre el campesinado, el monte y la naturaleza cubana… por lo que resulta trascendental incluir estas emociones y las de otros compañeros».

— ¿Una visión solo citadina…habanera?

— Todo lo contrario, a nuestro paso por diferentes ciudades en esta gira hemos grabado nuevos testimonios que enriquecerán las próximas producciones porque siempre habrá nuevos matices por descubrir.

— Si tuviera oportunidad de dominar el mundo aunque sea por unos minutos ¿cómo lo dibujaría?

— Tenemos varios retos como parte de la humanidad que somos. Hay guerras, drogas, problemas ambientales muy serios a nivel global, sin obviar a un Planeta signado por las marcas de la violencia que penetra en los hogares y hiere a las familias.
«Creo que necesitamos una nueva alfabetización, y es lo que busca el proyecto Tod@s Contracorriente para aprender a ser mejores, a crecer como seres humanos. Una especie de alfabetización espiritual que recorra el alma».
 
Ver http://ricardosoy.wordpress.com/2013/07/26/catherine-murphy-el-mundo-necesita-una-alfabetizacion-del-alma/

miércoles, 24 de julio de 2013

Julio César González Pagés: «Abogo por un mundo sin etiquetas»

 
 La foto es en Santa Clara:  Julio César González Pagés con l@s cantantes David Blanco y Rochy Ameneiro, l@s realizador@s Catherine Murphy y Andy Ruiz Muñoz; el músico Rodrigo García; el productor Josue García y el historiador Yonnier Angulo por la No violencia y la diversidad cultural. 

Por Ricardo R. González
foto: Ivan Soca

Santa Clara, julio, 2013- Hay neuronas intranquilas que emprenden su vuelo y llegan alto, máxime cuando se trata de configurar ese mundo que necesita —y reclama— un equilibrio a fin de que cada terrícola encuentre su espacio para el desarrollo de una vida plena.

En busca de estas sendas el doctor Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, y la cantante Rochy Ameneiro pactaron su complicidad hace apenas dos años. Así comenzaron a tejer historias alejadas de fantasías e ilusiones, y, sin hilos ni ovillos, surgió el proyecto Tod@s contracorriente que, en su edición de estreno, abogó por un NO a los diversos indicios de violencia.

La gira recorrió gran parte de un archipiélago en el que dichas manifestaciones no están ausentes y ocupan gran parte del día a día. Por eso, al término de aquella experiencia comprendieron que el camino resultaba incipiente y faltaba mucho por hacer.

Un segundo periplo acaba de finalizar. Esta vez en defensa de la diversidad cultural, algo imprescindible que reclama tolerancia, comprensión y respeto a pesar de que algunos la ven como una especie de  «fenómeno», mientras otros la aceptan entre las realidades a asumir con el lastre de los prejuicios.

Para el doctor González Pagés se hace necesario el rescate de nuestra identidad, «porque muchas veces queda relegada por culturas globalizadas lejanas, y lo más triste es que no en pocas ocasiones se acuñan como síntoma de modernidad, incluso hay conductas que lideran y van en detrimento de la salud o el bienestar social».

— ¿Pudiera hablarse de una diversidad inclusiva?

— Constituye uno de sus basamentos; sin embargo, debemos ver lo que somos como cubanos y latinoamericanos, detenernos en aquellos aspectos que guardan relación con la idiosincrasia, sin copiar modelos que poco o nada aportan y nos alejan de las raíces.

— En una era de pérdida de valores estamos llamados a retos…

— El primero sería el rescate de valores encaminados a promover una cultura que no discrimine a las personas por raza, orientación sexual, o por residencia en zonas rurales o urbanas.

«Tributamos a una diversidad cultural mundial mediante una campaña, promovida por la UNESCO, hacia el desarrollo de un ser humano más pleno. A veces nos reímos de la forma de hablar de los orientales, y eso es matar culturas, ignorar la existencia de  formas de ser diferentes que no resultan erradas, pues algo indica que somos diversos y respetables. Por ello sustento que la diversidad es atractiva de acuerdo a la forma en que la miremos».

— Entonces, ¿partidario de su defensa?

— Siempre que se aleje de la violencia, del racismo, la homofobia, y resulte inclusiva consideramos que va a ser diversa, cultural, y con nuevos temas a defender.

Se habla de una campaña ¿quiénes son sus promotores?

— Inició el pasado 25 de marzo en La Habana con la presentación de un video clip de Rochy que toma como base la canción Quisiera, compuesta por Gerardo Alfonso. La estética de este audiovisual defiende no solo la diversidad sexual, si no también las formas de ser diferentes desde la raza, la estética… en fin… Se trata de promover y defender un abanico cultural que incluya la comida, la música, la ropa… de que no se sigan viendo a los orientales como palestinos o al homosexual como algo podrido de la sociedad.
«Hay etiquetas llamadas a eliminarse, a lograr un mundo que no discrimine, pues la diversidad cultural es el mejor modo de vivir pero sin etiquetas».

— En este proyecto hay una figura joven que, a pesar de sus 15 años, despunta dentro de esas campañas…

Para nosotros Rodrigo García Ameneiro es nuestro líder de la campana El valiente no es violento. Muchas personas nos preguntan cómo se han insertado artistas tan conocidos como David Blanco, Elaín Morales, X Alfonso, Aldo López Gavilán y muchos otros.

«Apostamos por Rodrigo porque representa el futuro en estas temáticas culturales del país, y a la vez por su militancia como Embajador Cultural de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades desde hace dos años.

«Se sintió feliz cuando supo que iba a ser la imagen de la campaña para Cuba como país que la inició a nivel de toda América Latina, por lo que tiene una alta responsabilidad. Ello denota que si les inculcamos buenos valores a los jóvenes desde temprano todo fluye de manera orgánica.

«Con Rodrigo ganaremos miles de ellos que deseamos vean en su imagen una estética diferente, solidaria, no violenta, y culta».

— ¿De qué forma incorporarse a esos buenos propósitos?

— Queremos algo logrado desde una cultura de paz, y a estas intenciones pueden sumarse artistas, deportistas y todo aquel que desee. Ya existen 42 campeones olímpicos y mundiales insertados a la campana que se unieron de una forma increíble.

«Mientras posean más medallas de oro resultan extraordinariamente sencillos. Todos acudieron a una jornada convocada en la Ciudad Deportiva, y estas glorias del deporte se vincularon de manera espontánea, y preguntaban cuáles eran las encomiendas inmediatas para apoyar y contribuir a cambiar lo feo del mundo».

— ¿Músicos y deportistas como especie de gancho?

— No tan categórico, lo que si resulta indiscutible es el liderazgo que poseen entre el público. Hoy en día la juventud sigue más a estas figuras que a otros, y ello puede reportar un efecto saludable para las generaciones.

«No solo admitimos a grandes personalidades si no a todos los que estén dispuestos a contribuir, incluso no tienen que resultar figuras populares, pues desde las organizaciones se puede cooperar a tenor de que vale cualquier acción transformadora».

— A mi modo de ver toda campaña demanda nuevas aristas… alejarse de caminos trillados para lograr sus objetivos.

— Debe confluir una especie de complicidad entre lo novedoso y la inteligencia. Me parece excelente la inserción en esta gira del documental Maestra, perteneciente a la realizadora norteamericana Catherine Murphy. Ella buscó nuevas fórmulas para reflejar un hecho tan peculiar como fue la Campaña de Alfabetización.

«El producto artístico llega a sorprender por su factura y originalidad. Un resultado cultural de esta calidad dignifica a estas mujeres que ofrecieron lo mejor de si desde edades muy tempranas, a la vez que constituye una enseñanza para sus respectivos nietos en el afán de respetarlas como seres humanos y por lo que le aportaron a la historia de Cuba. Algo que incita a beber de esa sabia».

— Entonces, Maestra alfabetiza el alma?

— Constituye una lección renovadora en ese viaje al pasado, su tránsito por el presente y el futuro de una nación que pasa inviolablemente por el sustento cultural.

«Yo nací después del triunfo de la Revolución, y gracias al documental aprendí detalles que me eran desconocidos. Fue sorprendente la participación de esas féminas, muchas aun niñas, que le dieron el conocimiento y el saber a este país».

— A propósito ¿cree que el llamado nivel cultural y las categorías científicas ofrecen las credenciales de una persona?

— Podemos ser licenciados, masters, doctores… y resultar las personas más mal educadas del Planeta. No creo que los grados científicos o niveles puedan cambiar la vida. Influyen en mejorar conocimientos en torno a tecnologías, calidad de vida, y otras facetas, mas el espíritu hay que alimentarlo individualmente y orientarlos hacia los buenos caminos.

— Detengámonos en el papel de los medios de comunicación. ¿Hasta qué punto la prensa, la radio, la TV y otras vías alternativas y sus decisores están llamados a un cambio de mentalidad?

— Resulta un desafío total. Exhibimos lo peor del cine norteamericano, lo banal y reiterativo del thriller. Somos indiscriminados al exhibir productos violentos en la música, en los conciertos, en los espectáculos, Vimos en la Gala de Premios Lucas una coreografía en la que «matan» a todos los bailarines como parte de una puesta presenciada por 5 mil personas en el teatro, y por millones a través de la televisión.

«Son códigos errados, generan violencia, y los decidores tienen responsabilidad. Comparto el criterio de Rochy que los raceros para la política deberían aplicarse, también, en la amplia gama de temas por la no violencia, por lo que habrá que ganar en sensibilidad y en formación, pues en un país donde exista la violencia no puede haber desarrollo».

— Usted tiene el don de resultar un escritor polémico por el abordaje temático, pero matizado por la frescura de sus musas. Macho, varón, masculino y otros textos así lo demuestran. ¿Acaso el 
Julio César asociado a las editoriales se toma un descanso?

— Apenas un pequeño aire… Para la próxima Feria del Libro estoy terminando uno que se titula: Sexo, música y deportes cosa de hombres que deviene especie de continuidad de Macho, varón masculino, un título que sobrepasó los 40 mil ejemplares vendidos en todo el país, y hasta me cambió mi propio nombre
Ahora con la nueva producción deseo dar respuestas a estas tres temáticas como fuente de discusiones en los hombres por toda Cuba.

— Se atreve a darnos algún adelanto?

— Hay partes muy controversiales. Hablaremos de pornografía, de prostitución masculina, en fin… es solo un avance. Imagino que a algunas personas no les va a gustar tanto porque refleja realidades muy crudas; sin embargo, para eso estamos, para decir cosas que otros no desean o carecen de herramientas. Son verdades dirigidas siempre al mejoramiento humano, a ese que encamine a la consolidación de un mundo mejor y posible que a veces queda en un simple eslogan.

Hasta qué punto este proyecto de Tod@as contracorriente, que inició degustando un plato de espaguetis en casa de Rochy, ha cambiado la vida de Julio César González Pagés?

— Mi obra está marcada por estas dos giras. Salir del escritorio y estar in situ ha modificado el sentido de mi vida. Estoy más sobre la tierra, pues el proyecto me ha llevado a la raíz, a salir de La Habana y traspasar el túnel, a llegar a ciudades y acercarme a sus habitantes, a compartir espacios con muchas personas.
«Una experiencia dura porque significa viajar, descansar poco, soportar el intenso calor, pero de excelencia porque ha permitido, en dos años, interiorizar muchas de las problemáticas actuales, que de otra forma me hubiera sido imposible».

— ¿Una apuesta por la suma y multiplicación de buenos valores?

— Cierto, en el afán de unir a todas las personas por la no violencia y a favor de la diversidad cultural. Una oxigenación intelectual y personal que me permite ser más sociable e inclinarme por códigos investigativos dirigidos a un mayor número de ciudadanos, sin desprendernos del rigor académico.
«Por todo esto, y por mucho más, creo que ha sido el plato de espaguetis más nutritivo que me he comido en la vida».