La foto es en Santa Clara: Julio César González Pagés con l@s cantantes David Blanco y Rochy Ameneiro, l@s realizador@s Catherine Murphy y Andy Ruiz Muñoz; el músico Rodrigo García; el productor Josue García y el historiador Yonnier Angulo por la No violencia y la diversidad cultural.
Por Ricardo R. González
foto: Ivan Soca
Santa Clara, julio, 2013- Hay neuronas intranquilas que
emprenden su vuelo y llegan alto, máxime cuando se trata de configurar ese
mundo que necesita —y reclama— un equilibrio a fin de que cada terrícola
encuentre su espacio para el desarrollo de una vida plena.
En busca de estas sendas el doctor
Julio César González Pagés, coordinador de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, y la cantante Rochy Ameneiro pactaron su complicidad hace
apenas dos años. Así comenzaron a tejer historias alejadas de fantasías e
ilusiones, y, sin hilos ni ovillos, surgió el proyecto Tod@s contracorriente
que, en su edición de estreno, abogó por un NO a los diversos indicios de
violencia.
La gira recorrió gran parte de un
archipiélago en el que dichas manifestaciones no están ausentes y ocupan gran
parte del día a día. Por eso, al término de aquella experiencia comprendieron
que el camino resultaba incipiente y faltaba mucho por hacer.
Un segundo periplo acaba de
finalizar. Esta vez en defensa de la diversidad cultural, algo imprescindible
que reclama tolerancia, comprensión y respeto a pesar de que algunos la ven
como una especie de «fenómeno», mientras otros la aceptan entre las
realidades a asumir con el lastre de los prejuicios.
Para el doctor González Pagés se
hace necesario el rescate de nuestra identidad, «porque muchas veces queda
relegada por culturas globalizadas lejanas, y lo más triste es que no en pocas
ocasiones se acuñan como síntoma de modernidad, incluso hay conductas que
lideran y van en detrimento de la salud o el bienestar social».
— ¿Pudiera hablarse de una
diversidad inclusiva?
— Constituye uno de sus basamentos;
sin embargo, debemos ver lo que somos como cubanos y latinoamericanos,
detenernos en aquellos aspectos que guardan relación con la idiosincrasia, sin
copiar modelos que poco o nada aportan y nos alejan de las raíces.
— En una era de pérdida de valores
estamos llamados a retos…
— El primero sería el rescate de
valores encaminados a promover una cultura que no discrimine a las personas por
raza, orientación sexual, o por residencia en zonas rurales o urbanas.
«Tributamos a una diversidad
cultural mundial mediante una campaña, promovida por la UNESCO, hacia el
desarrollo de un ser humano más pleno. A veces nos reímos de la forma de hablar
de los orientales, y eso es matar culturas, ignorar la existencia de
formas de ser diferentes que no resultan erradas, pues algo indica que
somos diversos y respetables. Por ello sustento que la diversidad es atractiva
de acuerdo a la forma en que la miremos».
— Entonces, ¿partidario de su
defensa?
— Siempre que se aleje de la
violencia, del racismo, la homofobia, y resulte inclusiva consideramos que va a
ser diversa, cultural, y con nuevos temas a defender.
Se habla de una campaña ¿quiénes son
sus promotores?
— Inició el pasado 25 de marzo en La
Habana con la presentación de un video clip de Rochy que toma como base la
canción Quisiera, compuesta por Gerardo Alfonso. La estética de este
audiovisual defiende no solo la diversidad sexual, si no también las formas de
ser diferentes desde la raza, la estética… en fin… Se trata de promover y
defender un abanico cultural que incluya la comida, la música, la ropa… de que
no se sigan viendo a los orientales como palestinos o al homosexual como algo
podrido de la sociedad.
«Hay etiquetas llamadas a
eliminarse, a lograr un mundo que no discrimine, pues la diversidad cultural es
el mejor modo de vivir pero sin etiquetas».
— En este proyecto hay una figura
joven que, a pesar de sus 15 años, despunta dentro de esas campañas…
— Para
nosotros Rodrigo García Ameneiro es nuestro líder de la campana El valiente
no es violento. Muchas personas nos preguntan cómo se han insertado
artistas tan conocidos como David Blanco, Elaín Morales, X Alfonso, Aldo López
Gavilán y muchos otros.
«Apostamos por Rodrigo porque
representa el futuro en estas temáticas culturales del país, y a la vez por su
militancia como Embajador Cultural de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades desde hace dos años.
«Se sintió feliz cuando supo que iba
a ser la imagen de la campaña para Cuba como país que la inició a nivel de toda
América Latina, por lo que tiene una alta responsabilidad. Ello denota que si
les inculcamos buenos valores a los jóvenes desde temprano todo fluye de manera
orgánica.
«Con Rodrigo ganaremos miles de ellos
que deseamos vean en su imagen una estética diferente, solidaria, no violenta,
y culta».
— ¿De qué forma incorporarse a esos
buenos propósitos?
— Queremos algo logrado desde una
cultura de paz, y a estas intenciones pueden sumarse artistas, deportistas y
todo aquel que desee. Ya existen 42 campeones olímpicos y mundiales insertados
a la campana que se unieron de una forma increíble.
«Mientras posean más medallas de oro
resultan extraordinariamente sencillos. Todos acudieron a una jornada convocada
en la Ciudad Deportiva, y estas glorias del deporte se vincularon de manera
espontánea, y preguntaban cuáles eran las encomiendas inmediatas para apoyar y
contribuir a cambiar lo feo del mundo».
— ¿Músicos y deportistas como
especie de gancho?
— No tan categórico, lo que si
resulta indiscutible es el liderazgo que poseen entre el público. Hoy en día la
juventud sigue más a estas figuras que a otros, y ello puede reportar un efecto
saludable para las generaciones.
«No solo admitimos a grandes
personalidades si no a todos los que estén dispuestos a contribuir, incluso no
tienen que resultar figuras populares, pues desde las organizaciones se puede
cooperar a tenor de que vale cualquier acción transformadora».
— A mi modo de ver toda campaña
demanda nuevas aristas… alejarse de caminos trillados para lograr sus
objetivos.
— Debe confluir una especie de
complicidad entre lo novedoso y la inteligencia. Me parece excelente la
inserción en esta gira del documental Maestra, perteneciente a la
realizadora norteamericana Catherine Murphy. Ella buscó nuevas fórmulas para
reflejar un hecho tan peculiar como fue la Campaña de Alfabetización.
«El producto artístico llega a
sorprender por su factura y originalidad. Un resultado cultural de esta calidad
dignifica a estas mujeres que ofrecieron lo mejor de si desde edades muy
tempranas, a la vez que constituye una enseñanza para sus respectivos nietos en
el afán de respetarlas como seres humanos y por lo que le aportaron a la
historia de Cuba. Algo que incita a beber de esa sabia».
— Entonces, Maestra alfabetiza
el alma?
— Constituye una lección renovadora
en ese viaje al pasado, su tránsito por el presente y el futuro de una nación
que pasa inviolablemente por el sustento cultural.
«Yo nací después del triunfo de la
Revolución, y gracias al documental aprendí detalles que me eran desconocidos.
Fue sorprendente la participación de esas féminas, muchas aun niñas, que le
dieron el conocimiento y el saber a este país».
— A propósito ¿cree que el llamado
nivel cultural y las categorías científicas ofrecen las credenciales de una
persona?
— Podemos ser licenciados, masters,
doctores… y resultar las personas más mal educadas del Planeta. No creo que los
grados científicos o niveles puedan cambiar la vida. Influyen en mejorar
conocimientos en torno a tecnologías, calidad de vida, y otras facetas, mas el
espíritu hay que alimentarlo individualmente y orientarlos hacia los buenos
caminos.
— Detengámonos en el papel de los medios
de comunicación. ¿Hasta qué punto la prensa, la radio, la TV y otras vías
alternativas y sus decisores están llamados a un cambio de mentalidad?
— Resulta un desafío total.
Exhibimos lo peor del cine norteamericano, lo banal y reiterativo del thriller.
Somos indiscriminados al exhibir productos violentos en la música, en los
conciertos, en los espectáculos, Vimos en la Gala de Premios Lucas una
coreografía en la que «matan» a todos los bailarines como parte de una puesta
presenciada por 5 mil personas en el teatro, y por millones a través de la
televisión.
«Son códigos errados, generan
violencia, y los decidores tienen responsabilidad. Comparto el criterio de
Rochy que los raceros para la política deberían aplicarse, también, en la
amplia gama de temas por la no violencia, por lo que habrá que ganar en
sensibilidad y en formación, pues en un país donde exista la violencia no puede
haber desarrollo».
— Usted tiene el don de resultar un
escritor polémico por el abordaje temático, pero matizado por la frescura de
sus musas. Macho, varón, masculino y otros textos así lo demuestran.
¿Acaso el
Julio César asociado a las editoriales se toma un descanso?
— Apenas un pequeño aire… Para la
próxima Feria del Libro estoy terminando uno que se titula: Sexo, música y
deportes cosa de hombres que deviene especie de continuidad de Macho,
varón masculino, un título que sobrepasó los 40 mil ejemplares vendidos en
todo el país, y hasta me cambió mi propio nombre
Ahora con la nueva producción deseo
dar respuestas a estas tres temáticas como fuente de discusiones en los hombres
por toda Cuba.
— Se atreve a darnos algún adelanto?
— Hay partes muy controversiales.
Hablaremos de pornografía, de prostitución masculina, en fin… es solo un
avance. Imagino que a algunas personas no les va a gustar tanto porque refleja
realidades muy crudas; sin embargo, para eso estamos, para decir cosas que
otros no desean o carecen de herramientas. Son verdades dirigidas siempre al
mejoramiento humano, a ese que encamine a la consolidación de un mundo mejor y
posible que a veces queda en un simple eslogan.
Hasta qué punto este proyecto de Tod@as
contracorriente, que inició degustando un plato de espaguetis en casa de
Rochy, ha cambiado la vida de Julio César González Pagés?
— Mi obra está marcada por estas dos
giras. Salir del escritorio y estar in situ ha modificado el sentido de
mi vida. Estoy más sobre la tierra, pues el proyecto me ha llevado a la raíz, a
salir de La Habana y traspasar el túnel, a llegar a ciudades y acercarme a sus
habitantes, a compartir espacios con muchas personas.
«Una experiencia dura porque
significa viajar, descansar poco, soportar el intenso calor, pero de excelencia
porque ha permitido, en dos años, interiorizar muchas de las problemáticas
actuales, que de otra forma me hubiera sido imposible».
— ¿Una apuesta por la suma y
multiplicación de buenos valores?
— Cierto, en el afán de unir a todas
las personas por la no violencia y a favor de la diversidad cultural. Una
oxigenación intelectual y personal que me permite ser más sociable e inclinarme
por códigos investigativos dirigidos a un mayor número de ciudadanos, sin
desprendernos del rigor académico.
«Por todo esto, y por mucho más,
creo que ha sido el plato de espaguetis más nutritivo que me he comido en la
vida».
saludos Julio realmente maravillado por el desarrollo no solo profesional que has tenido sino el humano que dejas traslucir en la información que nos brindan los medios y esta simbiosis que han realizado la extraordinaria artista <<<<<<<Rochy y tu me encanta su melodiosa voz es un remanso a nuestros oídos aunado al trabajo de proyección de contenidos de sus videos clips son grandes ambos gracias por darnos tanto.
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