domingo, 9 de septiembre de 2012

Enriqueta Favez, una mujer que todavía asusta



7/09/2012

 Cuando de las páginas de un libro se desprende provocación, osadía, irreverencia… los lectores tienen que estar preparados. No se trata, entonces, de leer por leer o de perseguir aventuras, desenlaces criminales e historias de amor, sino de saber que podemos ser “zarandeados” y “cuestionados” y que, por ello, debemos estar atentos.  

De lo contrario, ¿qué sucedería cuando un lector de estos tiempos asume la lectura del volumen Por andar vestida de hombre? Es cierto que recrea la vida de una mujer del siglo XIX, pero que no por lejano su tiempo se nos hace ajena. 

Enriqueta Favez, la protagonista del libro escrito por el doctor en Ciencias Históricas Julio César González Pagés, fue la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba, vestida de varón, pues era un privilegio vetado para las féminas. Fue juzgada en un tribunal, al estilo de la Santa Inquisición, por haberse desposado con una mujer.  

Favez padeció prisión y expulsión, y fue obligada a permanecer en un convento, para proteger el prestigio familiar. Y hoy, luego de dieciséis años de intensa investigación de Pagés, quien viajó a varios países para reconstruir la historia, esta mujer deslumbra, vibra y presiona. 

Mediante la técnica de la arqueología histórica, esa que, al decir de la doctora Isabel Moya, directora de la Editorial de la Mujer, es una nueva mirada a los estudios históricos en la antropología social, el investigador siguió los pasos de Enriqueta, natural de Suiza (donde tuvo esposo e hija, fallecidos ambos) y estudiante de Medicina en la Universidad de La Sorbona, en París.  

El especialista se aventuró en los vaivenes de Enriqueta durante la guerra napoleónica, en la que fungió como cirujana hasta que fue capturada en España, y también en su viaje a Cuba-bajo el nombre de Enrique Favez-, donde se asentó en Baracoa y conoció a Juana de León, con quien contrajo nupcias. 

Como era común en aquella época, la presión familiar y de la sociedad hicieron de Juana un ser infeliz y la llevaron a declarar, falsamente, que desconocía el sexo de su “esposo”, a pesar de que su amor era inmenso. 

La consulta del expediente que hoy se encuentra en el Archivo Nacional de Cuba, asegura Pagés, resultó vital para desarrollar la investigación, pues en él aparecen cartas, informes y otros documentos originales utilizados en el juicio. Los viajes a Suiza, Baracoa, Guantánamo, Santiago de Cuba, e incluso Nueva Orleans, a donde fue expulsada luego de cumplir prisión y donde además ingresó a un convento con el nombre de Sor Magdalena, también aportaron información valiosa para conformar la recopilación. 

A diferencia de otras obras que tratan sobre la vida de Enriqueta Favez, esta  -presentada en la pasada Noche de los Libros-, no evade el tema de su posición sexual porque, según afirma González Pagés, no sería ese motivo suficiente, como lo pensaron otros autores, para descalificar el heroísmo de esta mujer. “Ella nunca lo negó, a pesar de que nadie la defendió y fue su juicio, en 1819, el más escandaloso de aquella época…no nos toca hacerlo a nosotros tampoco. Por eso. Por andar vestida de hombre es un homenaje a todas las mujeres que han enfrentado desafíos sociales para vivir sus amores”.  

Sin duda, el lector de este libro tiene que estar preparado. Tiene ante sí, en esas páginas, la historia de una mujer que enfrentó todo tipo de discriminación por ser guerrera, médica y lesbiana, demasiadas herejías. 

No porque los años hayan transcurrido, algunos pensamientos ya no sean tan arraigados y no sea necesario asumir otra identidad para sentirnos a gusto con nosotros mismos, vivimos en tiempos muy distintos.  

Enriqueta Favez, refiere el también coordinador de la Red Iberoamericana de Masculinidades, es un ejemplo de valentía cuando se quiere actuar de un modo diferente a lo que esperan los demás y lograr sus objetivos en la vida, a pesar de los obstáculos. Es una muestra de que, con firmeza, podemos luchar por lo que creemos y amamos, sin que ninguna condición, y menos nuestra orientación sexual, sea el rasero por el que nos juzguen.  


Por eso, Por andar vestida de hombre no es un libro de historia, insiste el investigador. Es un libro que convoca a un debate sobre el tema en la Cuba actual, para que una Favez del siglo XIX recupere su dignidad en el siglo XXI, aunque aún en estos tiempos ella sea una mujer que asusta.

sábado, 18 de agosto de 2012

Mujer vestida de hombre pasea por municipios de la Habana


Por Dayron Oliva Hernández. Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades (RIAM)

La Habana/16 de agosto. La increíble historia de una mujer suiza en Cuba, que se atrevió, vestida de hombre, a desafiar normas y leyes patriarcales en el siglo XIX, ejerciendo la medicina y casándose con una cubana, ha formado parte de un conjunto de actividades llevadas a cabo por el Centro Provincial del Libro y la Literatura de La Habana.


                                   Presentación en el Hogar Materno Infantil Leonor Pérez



Bajo la autoría del Dr. Julio César González Pagés, coordinador general de la Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades, la obra Por andar vestida de hombre se convirtió en un verdadero suceso popular, al abandonar los tradicionales circuitos de presentaciones de libros (librerías y universidades), y adentrarse en distintos municipios de la ciudad, donde existe una gran demanda y necesidad de lectura. El parque Juan Delgado de la antigua villa de Santiago de las Vegas (Boyeros); el parque de Santa Amalia (Arroyo Naranjo); el Parque Central, el Hogar Materno-Infantil “Leonor Pérez Cabrera” y el Parque Guayasamín (Habana Vieja); y además, el salón de actos del funcionariado de la Administración Provincial (Plaza de la Revolución); fueron testigos del impacto social alcanzado por la acuciosa investigación sobre Enriqueta Favez.


“Similar a la reconstrucción de los hechos en las investigaciones policiales, Por andar vestida de hombre narra, a través de documentos históricos, parte de la vida de tan extraordinaria mujer, del proceso judicial más escandaloso del siglo XIX y de los horrores a los que fue sometida. También recoge, en un último capítulo, otros casos de mujeres que se vistieron de hombres a lo largo de la Historia, para trasgredir las normas y prejuicios que las excluían, e incluso, con la ayuda de la policía cubana, se reconstruyó el rostro de la propia Enriqueta Favez”, reiteró en las presentaciones el autor González Pagés.

El vínculo del propio autor, Julio César González Pagés, con el Centro Provincial del Libro y la Literatura de La Habana, para la realización de presentaciones durante los meses de verano, se remonta al pasado año, con otra obra muy popular: Macho, varón, masculino: Estudios de masculinidades en Cuba, que salió, al igual que el presente texto, bajo el sello de la Editorial de la Mujer.

Sin lugar a dudas, brindarles la posibilidad a las personas de varios municipios de la ciudad, de intercambiar con  Julio César González Pagés, así como escucharlo de su propia voz y que les firme directamente el libro que adquieren, ha constituido una idea maravillosa que propiciará una mayor conciencia social a favor de la equidad de género.   

martes, 26 de junio de 2012

Cuba: Movimiento feminista del siglo XX no figura en la historiografía nacional

De la redacción
(semcuba@ceniai.inf.cu)




Conferencia en el Colegio de San Gerónimo de la Habana  por el 100 Aniversario del Feminismo en Cuba

La Habana, julio (SEMlac).- A cien años de la fundación de las principales organizaciones feministas en Cuba, este movimiento constituye aún un tema pendiente en el debate académico cubano.
"El feminismo siempre se ha vinculado a un asunto menor, de poco sustento teórico-metodológico, pues todo discurso que transgreda el canon androcéntrico se califica de irracional y superficial", afirmó el historiador Julio César González Pagés durante una conferencia dedicada al centenario del movimiento feminista en Cuba.
Si bien el investigador reconoce la importancia del pensamiento y accionar de muchas cubanas durante los siglos XVIII y XIX, opina que es desde la actualidad que podemos catalogar de feministas a esas figuras. Por eso registra como el inicio del movimiento en la isla la creación, en 1912, de las primeras organizaciones que asumieron en su programa esta ideología.
Los partidos Nacional Feminista, el Popular Feminista y el de Asociaciones Feministas de Cuba fueron organizaciones que iniciaron las luchas por el derecho al voto, la aprobación de la ley del divorcio y la ley de patria potestad, entre otras reivindicaciones políticas y sociales.
Mujeres vinculadas a la cultura y la educación protagonizaron el nacimiento y desarrollo de estas organizaciones y la militancia feminista en el país. Sin embargo, ante el criterio de algunos de que este fue un movimiento de burguesas, González Pagés recuerda que un gran número de obreras se sumaron a la causa feminista.
Entre ellas sobresale el papel de las despalilladoras de tabaco y el liderazgo de Inocencia Valdés, Niñita, quien impactó por su oratoria durante el Segundo Congreso Nacional de Mujeres, en 1925.
Luego de la aprobación de la Constitución de 1940, que incluyó buena parte de las demandas feministas, el activismo decayó. No obstante, por esos años estuvo activo el Lyceum, una organización que desde la cultura promovió el desarrollo intelectual femenino y visibilizó lo mejor del pensamiento feminista.
Ante la invisibilidad del movimiento tras el triunfo de la Revolución en 1959, Pagés reconoce que los cambios sociales generados por el proyecto socialista, sus significaciones en el desarrollo de las cubanas y la revisión del feminismo liberal fueron mediadores importantes en el rechazo de los preceptos de esa ideología, el posterior distanciamiento de las tendencias más contemporáneas y la ausencia de una historiografía feminista.
"El movimiento feminista radical tuvo su desarrollo en los años 66, 67 y 68 del siglo XX, casi diez años después del triunfo revolucionario. Con lo cual el feminismo que revisó la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) fue el feminismo liberal y este tenía un vínculo con el pensamiento burgués. La Revolución significó un movimiento de lucha de clases y de revocación de ideas pasadas. Por eso en el ideario de la mujer socialista no cabían concepciones burguesas", recuenta.
Pese a que la historiografía ocupa un papel fundamental en el rescate de la memoria histórica, el aporte del pensamiento feminista no figuró en documentos y libros editados en el país después de 1959.
Para su visibilización, González Pagés aboga por cambiar el canon historiográfico y configurar nuevas maneras de investigación, lo que implica un cambio en la propia metodología, pues, por ejemplo, el accionar femenino en el espacio público del siglo XX fue documentado por la prensa y publicaciones de las propias organizaciones, una bibliografía que rompe con las fuentes tradicionales.
Otro de los retos que profesores y estudiantes identifican es el desarrollo de una formación profesional acorde a los tiempos y consciente de los silencios y ausencias en la memoria nacional.
"No podemos pensar en un futuro del pensamiento feminista en Cuba si su historia y teoría no figuran en la formación curricular de nuestras universidades. Resulta muy difícil formar a personas con una visión no androcéntrica si, realmente, a lo largo de cinco años -salvo alguna excepción- no encontramos muchos personajes femeninos en la historia", alerta este investigador, con 26 años de experiencia en la materia.
No obstante, algunos cambios comienzan a ser perceptibles. Desde 1992 existe en la Facultad de Filosofía e Historia de la Universidad de La Habana un curso optativo sobre historia de mujeres; también crece cada año el desarrollo de tesis de licenciatura sobre estos temas y la publicación de varias investigaciones.
Entre quienes han dedicado su obra al estudio del tema en Cuba, está la historiadora Raquel Vinat, quien dialogó con González Pagés sobre el sacerdocio y la pasión que implican el estudio del feminismo.
Durante su intervención, Vinat llamó la atención sobre la importancia del conocimiento y el acercamiento desprejuiciado a estos temas, convocó a promover el debate público sobre estas cuestiones y catalogó de poco científicas las investigaciones que anulan a las mujeres y su participación en las distintas épocas históricas.
Para la historiadora, es tiempo de dar a reconocer el aporte de estudios que existen y esperan ser publicados. "Es tiempo de debatir y rescatar esta historia, pues corremos el riesgo de perderla. Tenemos que repensarnos también esas teorías internacionales, que son muy importantes, pero que en ocasiones no nos sirven, pues fueron elaboradas a partir de otro contexto y culturas. Nuestra teoría tiene que tener otro sabor", afirmó.
          
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sábado, 23 de junio de 2012

Feminismo, un tema pendiente en el debate académico en Cuba

Por Mariela Pérez Valenzuela


En el tema de historia de mujeres y género hay un componente muy importante que tiene que ver con la sociedad, y que no podemos deslindar, que es el feminismo, una cuestión pendiente en el debate académico cubano.

Así lo consideró el doctor en Ciencias Históricas Julio César González Pagés, a quien le resulta paradójico que el centenario del feminismo en la Isla no sea considerado una fecha de conmemoración y pase casi inadvertido.

Pagés lamentó que se haya vinculado a un tema menor y sostuvo que no es posible pensar en un futuro de pensamiento feminista en el país si no se contempla en los planes de estudio de carreras como Filosofía, según dijo durante una conferencia sobre Los Cien años del feminismo en Cuba, que cerró esta semana el Ciclo Mujeres en la historiografía de género y familia, celebrada en el Colegio de San Jerónimo en el centro histórico capitalino.

Como idea es anterior al siglo XIX, pero el término feminista es un debate de la década del 90 de ese siglo, de ahí que, alertó, se deba ser cuidadoso al señalar que fueron feministas figuras que no dijeron serlo, pero que su accionar las vincula a estos criterios.

Destacó el autor de Macho, Varón, Masculino la personalidad de Gertrudis Gómez de Avellaneda, una mujer que se mostró a favor del divorcio, tuvo varias parejas y demostró un espíritu independiente.

Para el también coordinador general de la Red Iberoamericana de Masculinidades, Avellaneda fue defensora de las ideas que después fueron conocidas como feministas, pero su discurso fue disminuido por políticos y escritores.

Fue vista, indicó, como una persona fuera de su época y la teoría feminista que aportó al discurso político cubano no es legitimada por la Academia nacional.

Pagés refirió que el aporte fundamental a los debates de historia se deben a mujeres como Aurelia Castillo, quien se refirió al machismo en su artículo La Muralla, publicado en El Fígaro, entendida como la inequidad que había que derrumbar.

La historiografía del siglo XIX, expresó, no habla en términos favorables al feminismo y desconoce la existencia de un movimiento de ese orden.

Autores que después se unen en la primera mitad del siglo XX ubican al feminismo como un mal necesario.

Llegado el siglo XX, explicó, empezaron a aparecer textos discretos escritos por hombres que comienzan a definir su alianza con el feminismo.

Consideró Pagés que 1912 fue un año muy importante porque se crearon en La Habana tres organizaciones de ese carácter: el Partido Nacional Femenino, el Partido de Sufragistas Cubanas y el Partido Popular Feminista, que reivindicaron los derechos de las mujeres en una sociedad puramente machista.

Más adelante, se detuvo en los congresos de 1923 y 1925 de la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas, los cuales resultaron de trascendental significación.

La lucha feminista, acotó ante un nutrido auditorio reunido en el Colegio de San Jerónimo, se llevó a cabo no solo entre las mujeres de distintos sectores y clases sociales, sino también con hombres como Juan Marinello, Miguel de Carrión y Carlos Loveira.

Cuando se aprueba la Constitución del año 1940, que reconoce casi todos los derechos de las mujeres, apuntó, no se dan cuenta de que la igualdad ante la ley no es la igualdad ante la vida.

A su juicio, lo que cambia el escenario de la discusión sobre estos temas es el feminismo socialista.

Reconoció a figuras como Mirta Aguirre, cuya obra, precisó, reivindica desde Anacaona hasta mujeres relacionadas con la historia de América, y Camila Enrique Ureña, cuyo discurso Feminismo, de 1939, considera un texto fundacional de la historiografía cubana.

La Revolución cubana triunfa 10 años antes que el movimiento radical feminista. Después del primero de enero de 1959 no se dispone de una historiografía definida al respecto, e insistió en que el feminismo es una ideología importante que merece un análisis.

Durante la conferencia fueron proyectadas 100 fotos representativas del movimiento feminista cubano.

Ver http://www.mujeres.co.cu/actualidad.asp?art=5308

martes, 19 de junio de 2012

Libro sobre Enriqueta Favez llega al papel





Por Raquel Sierra
 
(raquels@enet.cu)

La Habana, junio (Semlac).- Hace 200 años, la suiza Enriqueta Favez se adelantó a los tiempos modernos: se hizo médica y cirujana, viajó por el mundo, atendió a pacientes de todas las razas y, por si fuera poco, se casó con otra mujer. Esa transgresora historia es recogida en el libro Por andar vestida de hombre, del profesor Julio César González Pagés, que acaba de aparecer en papel.

Presentado el 14 de junio en La Habana, este nuevo volumen recoge novedades que no aparecieron en su antecesora edición digital (2009), entre ellas, la imagen del rostro de Favez, reconstruida en 2009 por la Sección de Identificación de Personas, de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR).

Para González Pagés, quien sueña con ver en el cine y en ballet la vida de esta mujer casi desconocida, la publicación de este libro "habla de la visibilidad de una mujer que es muy importante para la historia del mundo porque fue la primera médica en todas las Américas, no solo en Cuba", precisó.

"Aunque fuera vestida de hombre, ejerció la medicina, fue una excelente cirujana, combatió con Napoleón, estuvo en muchos países porque fue como una médica sin fronteras y murió en Nueva Orleáns, Estados Unidos, también prestando servicios médicos", dijo a SEMlac.
"Pero, agregó, para no pocos sucede que la vida personal es casi más importante que lo que hacen las personas y ella también tuvo la osadía de tener otra opción sexual, de casarse con una mujer".

Las tecnologías modernas dieron "el privilegio de darle visibilidad a esta mujer, a partir de las características físicas que los documentos dan de ella, sus rasgos psicológicos y de un estudio de la imagen de las mujeres en el siglo XIX en Suiza", explicó.

El también coordinador de la Red Iberoamericana-africana de masculinidades, compara a Favez con Juana de Arco y aspira devolvérsela a Suiza y al mundo para que ocupe un lugar en la historia de esa nación junto a Guillermo Tell.

Publicado por la Editorial de la Mujer, con el apoyo de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), el libro responde al interés de llevar esta historia, que incluye detalles del juicio que se le celebró a Favez por andar vestida de hombre, a un público que no pudo conocerla en su versión digital.

"El libro impreso da la posibilidad de que puedan acceder muchas personas que no tienen acceso a la tecnología digital en el país. Pese a que las nuevas tecnologías han impuesto retos, todavía hay un sector de la población que prefiere el libro porque te permite andar con él", explicó a SEMlac el autor.

A su juicio, aunque a veces se piensa que estos esfuerzos quedarán solamente en el área de las personas estudiosas, el hecho de que otras pregunten por este tipo de lectura sobre género y masculinidades denota que hay un público lector en Cuba que sabe descodificar lo que uno está hablando.

El libro incluye cartas de Favez a su amada, Juana de León, fotos de la iglesia donde fue bautizada, del lugar donde vivió en Lausana, detalles de su encarcelamiento en la oriental ciudad cubana de Santiago de Cuba, su juicio y condena, así como una fotocopia de la orden de expulsión hacia Nueva Orleáns.

Sus bienes fueron embargados y fue condenada a la reclusión en la Casa de Recogidas de La Habana "por 10 años, bajo la especial vigilancia de las autoridades competentes, con calidad de que, cumplidos permanecerá recluida hasta que haya ocasión de ser remitida a cualquier puerto extranjero, el más lejano posible", dice la sentencia.

El capitulo VI de este libro del autor de Macho, varón, masculino, presentado el pasado año, recoge nombres de otras mujeres que también vistieron de hombre por disímiles causas y diferentes momentos históricos.

Pagés llegó a Favez en 1994. "Me sorprendió mucho cuando vi el expediente en el Archivo Nacional de Cuba, era un expediente que la estaba juzgando y yo me dije, no la voy a juzgar, para vindicarla tengo que conocer su historia".

Para su exhaustiva investigación, de más de 18 años, hizo todo el recorrido de Favez: Suiza; Miranda de Ebro; la Sorbona, en Francia; México; Cuba, y Nueva Orleáns, en Estados Unidos, donde estaba su tumba antes de ser barrida por el huracán Katrina, en 2008.

En la presentación, Graciela Morales, de la Agencia Suiza para el Desarrollo y la Cooperación (COSUDE), adscrita a la embajada de Suiza, destacó que hoy, pasados 200 años de la historia de Favez, todavía no pocas personas viven con "todas estas discriminaciones y con estereotipos discriminatorios en nuestras cabezas".

Morales invitó a que "cada uno piense cómo podemos colaborar para que, si existen las Enriquetas Favez, no sean discriminadas ni maltratadas" por su orientación sexual.

"Uno de los aportes de esta investigación es haber contextualizado el mito", comentó a SEMlac la periodista Isabel Moya, quien asumió la edición de los textos.

"Ese mito ha ido creciendo con el paso del tiempo, y este libro sitúa ahora cómo se fue construyendo y contrasta la historia con documentos muy valiosos para ayudarnos a comprender, justamente, cómo se fue construyendo en la vida real, a partir de cada momento histórico", puntualizó la directora de la Editorial de la Mujer.



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jueves, 14 de junio de 2012

Conferencia: 100 años del Movimiento Feminista en Cuba




                           Conferencista: Dr. Julio César González Pagés
                      Red Iberoamericana y Africana de Masculinidades
                                            Universidad de la Habana

Hace 100 años en la Habana se crean las tres primeras organizaciones sufragistas que dan origen al Movimiento Feminista en Cuba…….

En la mañana del martes 19 de junio celebraremos este acontecimiento con una conferencia que cierra el Ciclo Mujeres en la historiografía de género y familia del taller de historiografía cubana Francisco Pérez Guzmán de  la Casa de Altos Estudios Fernando Ortiz de la Universidad de la Habana coordinado por la Dra. Mercedes García y el Dr. Ricardo Quizá.

La actividad también será el colofón de la Gira Nacional Todas Contracorriente que lidera Rochy Ameneiro que rindió homenaje al feminismo en varias ciudades del país. Durante la conferencia se mostraran 100 fotos de feministas cubanas.

La entrada es libre

Lugar Colegio de San Gerónimo

Calle Obispo entre San Ignacio y Mercaderes

Habana Vieja.

Día 19 de junio de 2012

Hora 10 de la mañana.