Los centenarios casi siempre son
festejados por todas las personas que sienten como suyo el homenaje de tan
importante cifra. En el presente año el Movimiento Feminista Cubano está de
centenario y puede pasar, salvo intentos individuales de artistas y escritores,
que no sea tomado como una conmemoración “seria” que involucra a toda la Historia
de la Nación.
A pesar de los reclamos individuales
realizados por patriotas, como Ana Betancourt y Edelmira Guerra, o
intelectuales, como María Luisa Dolz y Aurelia Castillo, la problemática
femenina en Cuba, quedó arquetipada hacia comportamientos más generalizados del
siglo XIX, cuando ser madre y esposa permitió una mayor aceptación social.
Las constituciones independentistas
de Guáimaro, Jimaguayú y La Yaya, las Bases del Partido Revolucionario Cubano y
el Manifiesto de Montecristi, fueron alabanzas de libertad, fraternidad y
democracia que no tenían reivindicaciones para la mujer, las cuales fueron
dejadas para cuando se lograra el futuro independiente. Sin embargo, cuando llegó
este momento, de forma arbitraria, fueron excluidas de ser ciudadanas con
derechos políticos.
El feminismo cubano en la primera
década del siglo XX solo estuvo marcado,
en el debate político, como una
tendencia legitimada por intelectuales de reconocido respeto en el área de los
derechos políticos para las mujeres, como Enrique José Varona, Francisco
Caraballo Sotolongo o la feminista-independentista Magdalena Peñarredonda.
En 1912 se crearon en La Habana las
tres primeras asociaciones abiertamente feministas que pedirán el sufragio
femenino como reivindicación. El Partido Popular Feminista, el Partido de Sufragistas
Cubanas y el Partido Nacional Feminista se convirtieron en las organizaciones
pioneras del Movimiento Feminista en Cuba. Este movimiento se articuló en una década y obtuvo significativas
reivindicaciones como la Ley de la Patria Potestad (1917) y la Ley del Divorcio
(1918). En 1921 surgió la primera Federación Nacional de Asociaciones Femenina
de Cuba que permitió organizar los importantes Congresos Nacionales de Mujeres
de los años 1923 y 1925.
Miles de mujeres de toda la Isla se
sumaron al movimiento feminista organizado por las agrupaciones creadas en 1912.
Maestras, obreras de la industria tabacalera, intelectuales, juristas,
periodistas y mujeres comunes, encabezaron un movimiento que tenía más
detractores que defensores en ambos sexos.
Las mujeres feministas cubanas en
todas las partes del mundo llevan 100 años reivindicando su derecho. La idea
emancipadora del feminismo aún es un tema no debatido en toda su magnitud en
Cuba, el fantasma violeta de su color puede asustar al patriarcado machista
donde quiera que esté.
Estoy desde ya festejando la
centenaria cifra, las personas que dudan de los homenajes no importan que se
sumen a la fiesta. La historia de estas mujeres jamás podrá ser invisibilizada,
su huella marcó nuestra Historia, y nadie podrá, desde ninguna posición,
restarle el protagonismo.
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