Por Greyser Coto Sardina.
Estudiante de 4to.
Año de Lic. en Historia,
Universidad de La Habana
“Pues es necesario que despierten todas las mujeres del letargo en que viven y se pongan en pie para que los hombres vean que la mujer es un factor tan importante e imprescindible como ellos, en lo político, económico y en lo social y que deben la equiparación para ocupar los cargos públicos, porque triste es confesarlo pero es así: los gobernantes consideran que las mujeres son incapaces para ocupar cargos de verdadera responsabilidad” (SUÁREZ, 1997)
Los estudios sobre mujeres en Cuba, incluso de género de manera general, han sido en alguna medida poco trabajado, solo hará unos 30 años; existe una preocupación desde el punto de vista intelectual en investigar las historias que han estado ocultas durante muchísimo tiempo. Los estudios de mujeres desde el inicio de este siglo han cobrado auge y constan profesionales que se han dedicado a trabajarlos seriamente, incluso a reivindicarlos como parte real de nuestra historia nacional. El trabajo más allá de los objetivos precisos que más adelante se presentan, es también una forma de contribuir y de ayudar a que los estudios de género sigan empleándose, proliferando y aportando a la historia no solo de nuestro país sino también a la universal.
Como se expone en el título, este breve proyecto, a partir del acercamiento desde el punto de vista histórico, a la figura de Ofelia Domínguez, pretende entrelazar dos componentes claves que definen a esta mujer, el feminismo y algunas cuestiones respecto al poder político. Ofelia ha sido una de las mujeres más importantes en relación con los asuntos de la lucha feminista en muchos aspectos no solo político sino también sociales desde principios del siglo XX; fue altamente reconocida tanto en Cuba como fuera, pues su obra reviste vital trascendencia para el continente latinoamericano, asumiendo posiciones para nada contemplativas referente a la esclavitud femenina (y los derechos del niño), la llevó a fundar organizaciones y representar a las mujeres cubanas y del continente en innumerables congresos dentro y fuera de la Isla.
Ahora, antes de entrar en la parte del análisis histórico sería crucial definir este pequeño proyecto desde el punto de vista teórico-conceptual y por tanto concretar los objetivos más puntuales dentro del mismo:
1-Analizar la posición asumida tanto en su práctica como en la ideología por Ofelia Domínguez, a favor de la emancipación política (y civil) de la mujer cubana partiendo (y como un móvil preliminar en su lucha política) del argumento de abogar a favor de sufragio femenino, visto en el periodo de 1910-1940.
2- Presentar de manera general su perspectiva acerca de los derechos femeninos entre los años anteriormente expuestos.
3-Valorar hasta qué punto el poder constituye un elemento clave dentro de su ideario y sobre todo su cuestionamiento o no, acerca del empoderamiento de la mujer dentro del periodo enunciado.
Bajo la necesidad de definir las herramientas principales para entender el trabajo, se precisa dejar explícito algunos puntos para la posterior comprensión del mismo.
En esencia, entender el sufragio como una de las manifestaciones del feminismo histórico…; por tanto, la lucha de mujeres como Ofelia Domínguez, parte de este presupuesto, el sufragio es el primer paso que viabiliza la radicalización posterior del quehacer político de esta cubana. Como explica Mary Nash:
“La lucha por el sufragio ha representado en muchos países un eje vertebrador del feminismo político al plantear la demanda de los derechos políticos individuales de las mujeres en clave de la igualdad. También, cabe entender sus manifestaciones en términos de cultura política y la cultura de género de cada sociedad.
Al entender el feminismo histórico como movimiento social de manifestaciones plurales, de diversas modalidades de estrategias de resistencia y agencia social, el sufragismo representó una vía decisiva en su desarrollo (…) Existen diferentes manifestaciones del feminismo histórico, entre ellas el sufragismo (…)” (GONZÁLEZ, 2006, p. XVIII)
Es decir, el tema del sufragio se ve como el catalizador para abogar a favor de los derechos de la mujer en temas de política; hay que partir del presupuesto teórico de ver al sufragismo como componente que permite desarrollar esta lucha, como punto inicial de la lucha política; en el caso de Ofelia Domínguez así sucede, la base es acceder a la política por medio del voto.
El término feminismo podríamos entenderlo como un movimiento combativo iniciado en el siglo XIX, que ha agrupado sobre todo a las mujeres en torno a las consignas de liberación; que presenta demandas como: concesión de derechos políticos, reconocimiento de la personalidad civil femenina, emancipación económica, etc. Aunque ciertamente no se considera la lucha de la mujer hacia el hombre, puesto que su lucha por procurarse un lugar en la sociedad trató en la medida de lo posible, de unir al hombre a esta batalla. “El feminismo va alcanzando una proyección un tanto política, cuando se parte de que hay que modificar los códigos vigentes, era importante luchar por tener un lugar en la sociedad, lo que a principios del siglo XX tomó aspecto de la lucha por el sufragio” (SUÁREZ, 1997)
Para trabajar la figura de Ofelia Domínguez a partir de la visión que se exponen en los objetivos del trabajo, pues me ha servido de mucho dos libros, los cuales considero esenciales, En busca de un espacio: Historia de mujeres en Cuba, del Dr. Julio César González, y la Introducción del libro de Mary Nash Mujer y movimiento obrero en España 1931-1939. Ambos me permitieron definir fundamentalmente los elementos esenciales sobre los cuales versa mi trabajo, y principalmente me brindaron las armas teóricas para luego poder enfrentarme al contenido de la investigación. El expediente de Ofelia Domínguez, algunas Tesis sobre el tema en general y otras obras también me sirvieron de mucho para el desarrollo del trabajo.
Ofelia Domínguez, nacida en 1984, en la antigua provincia de Las Villas, se graduó de Derecho, y se doctoró en Derecho Civil, al tiempo que estuvo vinculada a las labores del magisterio en las zonas rurales de su provincia. Como profesora, conoció la triste situación de la vida campesina y las penurias de las mujeres en este medio, y asumió posiciones radicales a favor de la emancipación de la mujer; desde entonces siendo muy joven se definía como feminista incondicional.
Con la creación en el año 1918, del Club Femenino de Cuba, pasó a ser la Secretaria del mismo en su provincia; creó escuelas para niños pobres; su participación en los Congresos Nacional de Mujeres fue bastante activa; participó además en el Congreso Panamericano del Niño celebrado en Panamá, donde se destacó por las propuestas sugerentes y evidentemente mal vistas, pues no solo exige amputar en los códigos penales de los países presentes, el papel de figura imponente del pater de familia, sino exigir la instrucción sexual en las escuelas desde el nivel elemental hasta la universidad.
Estuvo en Congreso de Unificación Penal en México; fue creadora de la Alianza Nacional Feminista, etc. En todo en cuanto estuvo defendió los derechos elementales de las mujeres, como resultado fue objeto de constates persecuciones, y sufrió cárcel en varias ocasiones sobre todo durante el gobierno de Machado, a quien se le enfrentó directamente, como consecuencia fue exiliada, en México, por ejemplo, cooperó con diversos espacios periodísticos, y en Cuba también escribió para Bohemia y fue fundadora de la Revista Villa Clara la cual dirigió; decir además que su labor periodística no fue menos intensa.
Si bien en el Congreso de Mujeres de 1923 abogó por la necesidad del cambio de la legislación Civil y Penal, cuestionándose la situación jurídica de la mujer cubana. Durante todos los Congresos, el punto del derecho al sufragio se hace constante. Ofelia en función de esto creó el Comité de Defensa del Sufragio Femenino en contra de las leyes de Congreso que se negaba a cumplir las aspiraciones femeninas; lo que hizo que la lucha en torno a la obtención del sufragio se radicalizara. A pesar que hubo polémicas, como consecuencias de las diferentes posiciones adoptadas por las mujeres, sobre todo ante un periodo tan convulso como la dictadura machadista y el inicio de la Revolución de 1930, siempre se habló de la necesidad de obtener el sufragio, siendo este el inicio de las posteriores aspiraciones políticas.
Durante la década de los cuarenta, Ofelia ocupa diferentes cargos políticos como la dirección del Departamento de Propaganda de Guerra de la Defensa Civil dentro del Ministerio de Defensa Nacional; fue nombrada Vicepresidenta de la Federación Internacional de Abogados, y se designó miembro de la Comisión Permanente de Derechos Internacionales, etc.
Como es evidente, ella fue ejerciendo cargos y responsabilidades que la llevan de ser la representante villareña al I Congreso de Mujeres, a ser una figura política en Cuba, en especial, posterior a la dictadura de Machado, debido a la significación de esos cargos para el país.
Ahora, es importante ver el cambio que sufre el quehacer político y social de Ofelia; sus discursos, sus ponencias y sus cartas, son esenciales para comprender este proceso.
felia aparece en el II Congreso de Mujeres, con una ponencia, que versaba sobre la situación jurídica de la mujer, para 1928, como parte de la Alianza Femenina de Cuba, pide concretamente los derechos políticos y también civiles de la mujer. La ponencia “La situación Jurídica de la mujer en Cuba” que es un llamado al despertar de la conciencia de las mujeres y a que se sumen a las filas de las organizaciones femeninas, así como darle a conocer el fundamento legal de la serie de incapacidades que la limitan; aquí se presentan diferentes postulados, en los que enuncia la necesidad de desenvolvimiento de la mujer dentro del matrimonio, exigir el derecho a tener personalidad propia, más allá de ser casada, en los tribunales; que el divorcio sea visto como una ley de liberación y no como un escándalo público; que no se consultan a las mujeres para dictar leyes, ni para elegir gobernantes, por tanto por medio del sufragio se podría manifestar su voluntad. Decía Ofelia: “La ley civil te incapacita, te convierte en menos de edad (…) ante la Ley penal tu responsabilidad alcanza lo inaudito.” (DOMÍNGUEZ, 1971)
Durante los años entre 1930-1933, en el contexto de la lucha antimachadista, a Gerardo Machado le empezaron a presionar y tuvo que enfrentarse a las demandas populares, siendo una de las principales el derecho al voto de la mujer; el empuje feminista alcanzó una fuerza incomparable, pero la propia Ofelia y un grupo importante de mujeres se opusieron rotundamente a que el voto femenino fuera ofrecido de manos de un gobierno ilegítimo y que carecía de credibilidad; lo que explica que el voto y el acceso a los cargos públicos, en alguna medida, haya sido concedido en el año 1934, también visto este además como resultado de años de lucha revolucionaria tanto de hombres como de mujeres.
La visión política de Ofelia, le permitió asumir una posición irreversible respecto a la lucha en contra del régimen dictatorial de Machado (de hecho es increíble que en los textos de Historia de Cuba no se recojan, documentos como Al constituirse el Comité Pro presos de Cuba escrito por la propia Ofelia, que resume un análisis excelente de la situación cubana durante los años de Machado y pos machado, desde el exterior y el interior del país, no solo a partir de la política sino de la visión de la economía cubana del periodo). Consciente de su momento histórico y de la gran influencia que la Revolución de 1930 ejerció en ella dice:
“…estas luchas han traído en mi un cambio muy marcado a mi estructura ideológica. He tenido que vivir como vivo, acorralada, perseguida para poder comprender bien como se hiere al pueblo en su carne y en sus sentimientos. Me he ido sintiendo pueblo. El feminismo con sus aspiraciones políticas y civiles se me antoja ya estrecho molde para luchar. El espíritu de la época reclama algo más justo y equitativo. Le confieso que vivo un momento en que la posición de Rusia me atrae (...)” (DOMÍNGUEZ, 1971)
Hasta este punto quizás se puede dar por concluido uno de los puntos del trabajo; la labor de Ofelia en función de los derechos básicos de la mujer, en función de obtener el voto, de que se lleguen a cargos públicos, pues queda plasmada en sus ponencias, en la fundación de organizaciones.
Pero por otro lado, ¿hasta qué punto Ofelia Domínguez como una mujer que está dentro de la política del país se cuestiona el poder político de los hombres? ¿Aboga por buscar las vías para que la mujer tenga más acceso o no al poder político? ¿Se cuestiona porque tantas mujeres son postuladas y una mínima parte son elegidas? ¿Se inclinó a favor del empoderamiento de la mujer en el país? Ofelia como abogada bien defendió, y es indiscutible, los derechos de la mujer como ciudadana y de hecho a favor de esto desplegó toda una labor práctica increíble, pero como parte del Gobierno, como mujer de política, no queda clara su posición respecto al empoderamiento de la mujer; sus cartas a Paulina Luisi (Presidenta, en esa época, de la Alianza Uruguaya de Mujeres) demuestran la voluntad feminista y el querer cambiar la situación de la mujer en el continente, deja entrever no obstante algunos matices respecto al tema, consiente que la lucha de las mujeres, tiene que ser guiada, encabezada por estas pero hasta ahí, no existe la definición de lo que se quiere después : “Le aseguro que ningún hombre honrado se atreve a discutir los derechos de la mujer en nuestra patria, por eso estoy contenta sobre todo por nuestra juventud, hombres y mujeres a la par.” (DOMÍNGUEZ, 1971)
“¿No es verdad que estamos en un momento de intensas crisis de América? Algo nuevo ha de operarse, yo siento la emoción de lo nuevo, de lo inesperado… se hace necesario un reencuentro entre las nuestras… sería interesante una reunión modesta pero selecta. ¡Si pudiéramos nosotras, las mujeres sacudir nuestro continente!” (DOMÍNGUEZ, 1971). Es justo este, un punto importante, el papel de la mujer, o las aspiraciones de Ofelia respecto al papel femenino de la dirigencia de un proyecto tan grande como el de transformar la “situación caótica” del continente, se nos presenta con tono romántico, poco probable, a pesar de que pueda ser su aspiración no deja margen sino para entenderlo como esperanza y solo eso.
Si bien no niega la capacidad de la mujer de sacudir el continente, de estremecerlo y lograr un giro (asumo que esté incluida la política), o el cambio que la época requiere, tampoco se ve como algo realizable, solo con un matiz ilusorio. A partir de lo investigado Ofelia Domínguez nunca tuvo un proyecto, una idea concreta respecto a hacer un cambio en la vida política en Cuba. Entendió el poder solo como el poder del voto, como el poder de acceder a algunos cargos políticos en la vida pública, pero no como la dirección de una mujer desde el poder, vista esta como máxima dirigente del país. De hecho, algunas de sus afirmaciones quedan muy imprecisas, ejemplo durante la elaboración de la Constitución de 1940, expresó: “La mujer debe ir a la próxima constituyente a borrar las inferioridades que le afecten, contribuyendo al mismo tiempo al triunfo pleno de las demandas populares… La actuación de la mujer debe ser determinante. Allí tiene una amplia y grande tarea que realizar en beneficio suyo y a favor de Cuba” (SUÁREZ, 1997)
A manera de valoración general y quizás a modo de conclusión podríamos afirmar que, sin duda, Ofelia Domínguez fue una de las mujeres cubanas que más hizo en función de lograr la igualdad en todos los sentidos de los hombres y mujeres no solo en su país sino fuera de este, clamando a la unidad y la libertad de conciencia de las mujeres latinoamericanas. Habría que decir, más allá de los logros de las feministas cubanas y de los hombres que apoyaron la causa de ellas, que Ofelia nunca se cuestionó, o tal vez nunca fue un elemento clave en sus lineamientos identificarse con el acceso de la mujer el poder político o sencillamente cuestionarse al hombre en el poder.
Si bien se logra para las mujeres el voto, la posibilidad de acceder a la vida publica, lograr la legalidad dentro de todos los organismos, etc., siempre con sus pro y sus contra, no hubo una perspectiva política que llegue más allá, queda claro en una figura como Domínguez que fue brillante dentro del Gobierno, pero que jamás vio entre sus aspiraciones el acceso de la mujer a la presidencia y quizás desde allí pues mejorar las condiciones o estipular leyes a favor de la mujer, solo queda como misión cumplida el hecho de que se cuente con las mujeres para ver el destino de la nación.
No obstante afirmar esto de manera más rotunda requiere de un estudio más preciso y vasto del movimiento feminista y de la figura de Ofelia Domínguez como uno de sus puntales.
Asumo que una valoración objetiva acerca de su personalidad por muy completa que fuese siempre le quedaría algo que añadir, ella dedicó casi todos los años de su vida a la lucha por emancipar a la mujer y sus logros fueron más que aceptados para su época. Ofelia muere en 1976, y ha quedado sin duda en nuestra historia como pionera de la defensa de los derechos civiles y políticos de la mujer.
Bibliografía:
DOMÍNGUEZ N., Ofelia. 50 años de una vida. La Habana: Instituto Cubano del Libro, 1971
GONZÁLEZ, Jorge F. Las luchas por el sufragio femenino bajo el régimen de Machado. 2007. Trabajo de Diploma-Facultad de Filosofía e Historia-Departamento de Historia, Universidad de La Habana, La Habana
GONZÁLEZ PAGÉS, Julio César. En Busca de un espacio: Historia de las mujeres en Cuba. La Habana: Editorial de Ciencias Sociales, 2003
Memoria del Primer Congreso Nacional de Mujeres. Centro de Capacitación de la FMC
NASH, Mary. Mujer y Movimiento obrero en España 1931-1939. Barcelona: Editorial Fontomara, 1981
SUÁREZ F., Liane. La mujer cubana entre 1940-1952. 1997. Trabajo de Diploma-Facultad de Filosofía e Historia-Departamento de Historia, Universidad de La Habana, La Habana
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