Por Alberto Góngora Sanz
Coordinador
en España de la Red Iberoamericana
y Africana de Masculinidades
“Mujeres
bajo sospecha” nos hace un intrépido y minucioso recorrido acerca de la sexualidad reprimida de
las mujeres en España entre 1930 y 1980
durante el período de la dictadura franquista, con varios elementos
protagonistas, por un lado la II República; la iglesia, que se convirtió en un poder de
carácter absoluto y de adoctrinamiento; y el bando fascista de la Falange, los cuales,
tras terminar la Guerra Civil, y con ella la caída de la II República(1931-1939),
el franquismo emprendió una campaña reeducativa encabezada por la Sección
Femenina de la Falange a mano de Pilar Primo de Rivera, empeñada en despojar
todos los logros y avances sociales
conseguidos por las mujeres durante el período republicano, entre otras
cosas su modelo de emancipación, unos derechos fundamentales conseguidos en la
Constitución de 1931, el derecho a voto, el derecho al divorcio por mutuo
acuerdo, la suspensión del delito de adulterio solo aplicable para las mujeres,
se estableció el Seguro Obligatorio de Maternidad (prohibiendo así el despido
por maternidad), se aprobó la igualdad salarial entre sexos, entre otros
logros.
En
Cataluña, incluso, se llegó más lejos, y se permitió la dispensación de
anticonceptivos, se despenalizó y legalizó el aborto. Dando así un impulso de progreso, cultura y
libertad al Estado Español entre el 1931 y 1939, fecha del final de la Guerra Civil Española, que dio paso a la dictadura del general Franco, siendo truncada esta evolución social por el
levantamiento militar. La II República supuso, especialmente para las mujeres,
un cambio liberalizador importante.
Todo esto y mucho más recoge esta excelente
exposición “Mujeres bajo sospecha”, que estará en Madrid hasta el 10 de febrero
de 2013. Donde a través de una excelente documentación gráfica original, desde
fotografías u objetos a carnets
particulares de la Sección Femenina Falangista (la cual acreditaba la formación
obligatoria de las mujeres como amas de casa), nos revela la represión a la que
estaban sometidas todas las mujeres, quedando con el único objetivo en la vida
de convertirse en sumisa cónyuge del
hombre primero y en devota madre después, siempre en el espacio doméstico, limitándolas
su acceso a la ciudadanía y a la libertad de esta manera tan cobarde.
Un
recorrido que va de lo íntimo a lo público que nos hace viajar en el tiempo y ponernos
en la piel de todas esas mujeres que lucharon por su libertad ante los opresores
franquistas, aparecen testimonios reales de mujeres que marcaron una época sin
que ellas lo supieran, con el discurso
de mujeres que amaron a otras mujeres durante el franquismo, como es el caso de
la librera Luisa Salmerón de la que hablaremos más adelante, ni que decir tiene la artista Maruja Mallo,
su compañera de estudios Margarita Manso y la poeta, campeona de natación y
gimnasta Concha Méndez, siendo el primer grupo de mujeres españolas en utilizar
bikini allá por los años 30, amigas de corredurías madrileñas, también fueron
las primeras mujeres en realizar la práctica de deportes, y a lucir por las
calles de Madrid sus cortas melenas sin sombrero, siendo criticadas por la
sociedad de la época, comenzando así la corriente llamada “sinsombrerismo”, la
cual abrió un camino a la batalla por el pelo corto de las mujeres, y permitió
a muchas hacer de su aspecto e indumentaria un signo de libertad y
modernidad, también me encontré la
bonita historia de Elisa y Marcela, dos mujeres que se amaban y para contraer
matrimonio Elisa se travistió de hombre, cambiando de aspecto y nombre al de
Mario, pudiendo así contraer matrimonio en España, siendo más tarde
descubiertas y perseguidas por el régimen cual herejes, consiguiendo escapar a
Argentina y convirtiéndose a la fuerza en el primer matrimonio homosexual en
España.
No menos importante en la exposición es la
figura de la escritora Carlota O`Neill
(1905-2000), periodista feminista, fundadora y directora de la revista “Nosotras” en 1934 , que
después que el bando sublevado franquista asesinara a su marido, el capitán
Virgilio Leret, fue detenida, como muchas otras hijas y mujeres de
republicanos, y separada de sus hijas, Carlota y Mariela.
Fue juzgada por un tribunal militar dieciocho
meses después de su detención y condenada a seis años de prisión, por saber
ruso, por “rebeldía moral” y por su
responsabilidad en los actos de su marido, siendo ejecutado éste por oponerse a
la sublevación franquista[, dando lugar al odio y al exterminio
en la Guerra Civil.
Una vez fuera de la cárcel, Carlota O`Neill
se exilió en Venezuela donde escribió “Una mujer en la guerra de España”, donde
narró su experiencia.
Volviendo a la librera lesbiana Luisa
Salmerón, durante la muestra “Mujeres bajo
sospecha”, se reproduce un video relato de
la librera junto a la actriz española Carmen Maura, realizando esta última el
papel de mediadora, donde Luisa cuenta anécdotas de la época, como cuando tenía
que hablar en códigos con sus amigas lesbianas, a la par compañeras del gremio
de la librería.
-
Hoy he descubierto un tebeo que me ha gustado mucho, aunque no se de qué
editorial es.
-
Ah! Pues preséntamelo cuando puedas.
Contaba Luisa Salmerón una conversación real
que mantuvo con un grupo de amigas lesbianas, rodeada en aquel momento de
hombres y mujeres desconocidas, no podía ser descubierta su condición sexual
por miedo a represalias, pero admite que en ocasiones resultaba divertido,
contaba la entrañable librera ante la tierna sonrisa de Carmen Maura.
Y es que en la Barcelona de los años 40 y 50,
mujeres de origen popular y obrero se juntaban con otras clases más pudientes,
artistas y gente de la farándula, así como con varones homosexuales, con el
objetivo común de disfrutar de un espacio de libertad sexual. Invisibles para
la mayoría, manejaban códigos secretos de mutuo reconocimiento. Hacían excursiones, ligaban en la Playa de la
Barceloneta, organizaban fiestas, frecuentaban locales a los que convertían en
de ambiente, visitaban burdeles y fundaban familias que hoy llamaríamos
alternativas.
Preciso decir para los más despistados que
los “tebeos” a los que se refería Luisa Salmerón eran realmente mujeres.
“Mujeres bajo sospecha” también nos delata la
revolución social que se produjo en España a principios de los 70, los últimos
años de la dictadura, cuando el llamado “destape” llega a los medios
produciendo una fuerte conmoción en la sexualidad.
El
cine, la música, la literatura recibe un soplo de aire fresco. Se respira más
libertad en las calles, especialmente en Barcelona, allí nace la revista
Vindicación Feminista y el primer bar de lesbianas en España, el Daniel´s,
donde la propia Luisa Salmerón , hoy cerca de los 80 años, nos
cuenta anécdotas del lugar y lo bien que se lo pasaba allí.
Concluyendo esta relatoría, cabe señalar el compromiso
asumido por las autoras de “Mujeres bajo sospecha” frente al tema, realizando
una minuciosa investigación pese a la
dificultad de ser un tema sobre el que ha primado una política de negación
radical.
Consiguiendo reunir a unas protagonistas que apenas resultan visibles
más hallá de un círculo estrecho, las mujeres puestas bajo sospecha durante la
dictadura franquista, que a pesar de estar duramente reprimidas o aburridamente
conformadas, en ocasiones encontraron espacios de libertad en los que
expresarse con voz propia.
*La
exposición “Mujeres bajo sospecha.
Memoria y Sexualidad (1930-1980)”, estuvo hasta el 10 de Febrero de 2013 en
el Edificio Ateneo de Madrid. Comisariada por Raquel Osborne y María Rosón,
Doctora en Sociología por la Universidad Complutense de Madrid y especialista
en Arte y Cultura Visual de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM)
respectivamente, y organizada por la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la UNED.
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