Por Dianelys del Pino Zayas.
Estudiante de 4to. Año de Lic
en Historia, Universidad de La Habana
Una de las situaciones más aquejantes de la sociedad cubana la poseían las mujeres. Era difícil, dada la realidad que imponía los inicios del siglo XX, vivir relegada a la esfera doméstica por la división del trabajo entre los sexos al tiempo que se desarrollaba una poderosísima ideología que aún determinaba la imagen de la mujer y su papel en la vida social. Era además, la encargada de la educación de lo hijos para limitar su participación en el ámbito público. La mujer de este tiempo estaba sumida bajo un esquema conservador y tradicionalista que no la dejaba hacer vida social, a no ser en los marcos en que la sociedad se lo permitía. No tenía ni derecho al voto, ni a la opinión; era, a su vez, utilizada como un objeto sexual, y caracterizada como santa o puta.
Para cambiar esta situación, irrumpió en el mundo político, en busca de la obtención de importantes reclamos por la defensa de la mujer y sus derechos, Pilar Jorge de Tellas. En aquella República fervorosa de anhelos de madres y hermanas, creó en 1918, el Club Femenino de Cuba. Comenzó de esta manera su lucha por los derechos de la mujer cubana, siendo esto un paso significativo para las aspiraciones de crear otras organizaciones revolucionarias con iguales fines, junto a un grupo heterogéneo que estaba integrado por periodistas, intelectuales, abogadas, maestras, etc.
Así, en mayo de 1921, intervino en el Proyecto de Ley que presentara Vicente Pardo Suárez a la Cámara de Representantes, tendiente a proteger a la mujer que trabajaba, que recogía demandas como las 8 horas de jornada laboral, el salario mínimo, el empleo de 50% de mujeres en industrias y comercios. También se declaró a favor del Seguro de Maternidad, el descanso pre y post natal retribuido y el tiempo para la lactancia del hijo; se alzó además por la comodidad de la mujer después de dar a luz, para que trabajara sin preocupación y no perdiera el empleo, creando Salas-Cunas en talleres y establecimientos.
En este sentido, por su labor en asistir a la mujer en cuanto al progreso, es válido aclarar, que antes no se había alcanzado no más que el coqueteo con las demandas femeninas, sin tomarlas en cuentas, y para revertir esto Pilar se convirtió en la Animadora del Curso de Cívica Superior y Derecho Social, cuya campaña estuvo dada para las mujeres de casas humildes y a las que se le suministraron principios de higiene, economía doméstica, moral y cívica.
A su vez, Pilar fue una excelente mujer, abnegada en su trabajo e incansable en favor de las penadas. De ahí, que luchó arduamente para lograr el traslado del Reclusorio a Guanabacoa e independizarlo de los hombres, y mejorarlo con las donaciones de camas, ropas, vajillas y el aula de Instrucción Penaria de que carecían. La Ley de la Silla, fue otra de las medidas que tomó a favor de las condiciones de trabajo de la mujer, la cual permitió a las empleadas que trabajaban 6 horas, dispusieran de la silla para cuando no fuera necesario permanecer de pie.
El Club Femenino de Cuba, creó la primera institución formadora de niñeras que funcionó en todo el país, mostrando cuánto pesaban los prejuicios y convencionalismos sociales en la mente de muchas mujeres cubanas. En el Club Femenino de Cuba, Pilar jugó un papel muy importante, mostrando mediante sus discursos la necesidad y las mejoras que traería la inserción de la mujer en la lucha por eliminar el régimen de exclusión, sin perder el punto esencial que era la defensa de la mujer cubana, enfrentándose a periódicos que atacaban a la institución.
En uno de sus discursos del año 1921 a las miembros del club, les expuso las intenciones de ese club, agregando no apartarse de la ruta trazada desde su fundación y que nada ni nadie lo cambiaría; en cambio, añadió que su disolución mostraría la incapacidad de la mujer cubana a plantearse y luchar por mejorar, mostrando así la necesidad de la unión para lograr sus objetivos. También expresó sobre el Club Femenino que:
“(…) había sido creado sólo para la mujer y por ella, para una mayor cultura y consolidación para su sexo. Tendiente a moralizar el ambiente femenino, a ilustrarla en sus deberes cívicos de ciudadana, enseñada a cumplir sus deberes para con la patria, igual que se le enseñaba a cumplir los de hija, esposa, madre y otra para obtener el sufragio femenino, el Club Femenino de Cuba sin rechazar la segunda dará en eso momentos preferencia a la primera por considerarla más urgente, más dentro de la índole de su objetivo y deja la segunda a las Asociaciones en ese fin”. (JORGE, 1921)
En otro de sus discursos en la Asamblea Nacional de Veteranos y Patriotas, dejaba bien claro cuáles eran las preferencias y la ideología de aquellas mujeres que la apoyaban en las diferentes actividades encaminadas a alcanzar las innumerables libertades que les era necesario a la mujer, agregando además, que al igual que a ella, muchas de las que luchaban no les interesaba pasar trabajo, estar en peligro, prefiriendo siempre sacrificarse por la patria contra el régimen, al igual que lo hacen por la mujer. Asimismo, que ellas acuden también al llamado consciente, demostrándole al mundo entero que con las mujeres se puede contar para librar al país de situaciones que adolecen al pueblo porque de la misma manera lo hacían para el mejoramiento de la mujer, que es la finalidad de la institución creada con el nombre de Club Femenino de Cuba, para obtener más consideración, más respeto, más igualdad dentro del régimen social, haciendo menos dolorosa la situación de la mujer (cobraban menos que los hombres), y del niño.
Pilar no se limitó a luchar por el sufragio y otras necesidades económicas y sociales, sino que se interesó por la cultura de las más desposeídas, reclamándole a la Junta de Educación escuelas nocturnas para obreras. Debido a las energías puestas para lograrlo, la Junta de Educación acogió la petición, y se fundó una escuela en 1918, en la calle Soledad (La Habana), la que resultó ser insuficiente en cuanto a las aulas debido al grado alto de analfabetismo y la baja escolaridad que padecían estas mujeres, en parte por el hecho de trabajar a temprana edad por la deficiente alimentación; por lo que con este acceso no se dejó pasar la oportunidad de mejorar e instruirse en las horas de descanso, para dejar de ser explotada y abusada por patronos sin conciencia, los cuales labraban su fortuna a costa de la legión de jovencitas que por sus necesidades era víctimas de los dueños de empleos. Conjuntamente con la protección de la mujer, de Tellas se dedicó a la protección de la niñez, proporcionándoles escuelas, con el objetivo de hacerlos ciudadanos/as útiles a su hogar y a su patria.
Para lograr una eficacia cada vez mayor a nivel nacional, creó la Gota de Lucha en 1921, la cual propició la fundación de la Federación Nacional de Asociaciones Femeninas, dado el interés de lograr una mayor consistencia de lo que se hacía y se iba logrando. El principal objetivo de esta, era fomentar la unidad entre las asociaciones femeninas, tratando de alcanzar la afinidad de aspiraciones, también querían una mayor participación en los Congresos Internacionales Femeninos. Esta federación la llegaron a componer 5 asociaciones, cuya presidencia fue ocupada por Pilar Morlón: Club Femenino de Cuba, Congreso Nacional de Madres, Asociaciones de Católicas Cubanas, Asociación Nacional de Enfermos y el Comité de la Creché Habana Nueva.
El discurso era diferente a lo que los hombres acostumbraban, sin dejar la maternidad y sus roles maritales y maternales a un lado. Por esta razón, Pilar brilló con gran intensidad en los Congresos Nacionales de Mujeres, celebrados en 1923 y 1925, donde planteó en sus intervenciones la necesidad de preservación que tenía en aquel entonces la mujer y el hombre de los males de las enfermedades. Planteaba además, la condición del hombre, hallándose con mayores ventajas que la mujer para su autodeterminación. Mientras que la mujer estaba constantemente sometida por su falta de preparación a un antiguo vasallaje, hallándose limitada en sus horizontes de progreso, tanto intelectual como de vida, siendo prisionera de la educación hogareña, por lo que a veces era impulsada a la prostitución, a buscar de esa manera lo que se le prohibía en la sociedad y como derecho. La moral alta era lo que salvaría a las mujeres según Pilar, ya que disminuirían las enfermedades que tanto afectaban a la mujer a través del hombre, cuyo castigo recaería sobre los hijos. Aboga también por el respeto al niño, aspecto muy importante para toda mujer.
El sufragio femenino no escapó de sus discursos, ya que lo veía como una vital necesidad para elevar no solo la cultura de la mujer y las condiciones de vida, sino un desarrollo mayor a la sociedad; caracterizándose a su vez, en sus discursos, como mujeres bravas, combativas contra algunos males como el alcoholismo, cuidadora y protectora de la enseñanza, trabajadora por la paz y la colectividad para su mejoramiento. Este sufragio que defendió es la libertad de determinación y de protección a sí misma y a la sociedad, ya que se lucha por una patria mejor y más justa. Por esta misma razón, este movimiento de reformas sociales, sentó las bases para la lucha organizada del sector femenino y sus demandas. Las feministas y sufragistas “por naturaleza”, estaban lideradas además de Pilar Jorge de Tellas por Emma López, Hortensia Lamar de Monte, Dulce Ma. Borrero, etc.
Pilar no se limitó solamente a los aspectos señalados anteriormente, sino que también combatió las drogas y la prostitución, luchó por el proteccionismo a la infancia, por modificar la enseñanza en general, recabar la atención a la eugenesia y a la pluricultura. De igual forma planteó el derecho de la mujer a tener la Patria Potestad de los hijos y del divorcio si la vida marital no le funcionaba, y la defensa de la igualdad de condiciones para los hijos ilegítimos.
Ya para 1928, se creó la Alianza Nacional Feminista, apoyando a las otras ya creadas con anterioridad en la lucha por las causas de la mujer cubana. En la década de los años treinta colaboró con el Directorio Estudiantil Universitario para luchar contra el régimen de Machado, por lo que sufrió prisión en 2 ocasiones en la Cárcel de Mujeres de Guanabacoa, junto a oposicionistas de la alta intelectualidad cubana como: Teté Moré de Sáez Solís, Zoila Mulet, Lulú Durand.
Pilar como mujer intrépida y versátil, fue vocal de la Junta de Patronos de la Casa de Beneficencia y Maternidad, proponiendo que las asiladas de edad escolar asistieran a las Escuelas Públicas del Estado, Institutos y Escuelas Vocacionales. Aunque el proyecto no fue comprendido, fue una propuesta que alentó a muchas de ellas. Su voz también se hizo escuchar a nivel internacional, por la defensa de las mujeres, siendo para esto Técnica y Delegada Gubernamental ante la Comisión del Trabajo de Mujeres y Menores, además, fue Ponente de esta Comisión en la Segunda Conferencia Internacional del Trabajo de Estados Unidos de América , celebrada en La Habana.
Como miembro de la Delegación Salud y Maternidad de La Habana, tomó parte en la regulación funcional de Cajas de Maternidad, en apoyo de la niñez y de la mujer embarazada, cuidándoles su trabajo mediante leyes. Además como Jefa del Negociado de Trabajo de Mujeres y Menores del Ministerio de Trabajo, puso todas sus energías al progreso de la mujer a nivel nacional y propuso medidas para la mejoría en cuanto al desenvolvimiento en el empleo.
Toda la vida de Pila Jorge de Tellas estuvo llena de luchas y sacrificios, es por eso que el presente trabajo es un recordatorio a esta polifacética mujer. Además es una forma de agradecer todos sus esfuerzos por ayudar a la causa femenina en todas las esferas de su vida, porque gracias a ella todas tenemos oportunidades de ocupar puestos importantes, ser independientes al hombre y desdoblarnos por nosotras mismas, obteniendo a su vez significativos logros en los diferentes espacios en que nos encontremos.
Para concluir les quisiera agradecer a todos los que hicieron posible este trabajo, brindándome una excelente atención como lo hizo el personal de la Biblioteca Pública Rubén Martínez Villena, en especial Iliana Báez, de igual manera la biblioteca de la facultad de Filosofía-Historia y Sociología. Muchas gracias además, al Centro de Estudio de la Mujer por su excelente atención, sobre todo a la bibliotecaria Margarita, por su esfuerzo y paciencia conmigo. Dentro de estos agradecimientos me gustaría mencionar a mis vecinas Susel y Niurka, ya que sin ellas este trabajo no se hubiese realizado. Un agradecimiento muy especial a mi tío Enrique, que por último no es menos importante, ya que me ha ayudado con todo el trabajo dándome idea.
BIBLIOGRAFÍA
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GONZÁLEZ PAGÉS, Julio César y TUR BROCHE, Leonardo. Federación Nacional de Asociaciones Femeninas y el Club Femenino: Primer intento de unificación en Cuba. Disponible en: (http://masculinidadesencuba.blogspot.com). Acceso en: 10 de nov. 2009
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